Por Jesús Martínez
Dublín se convirtió durante los últimos días de Agosto en la capital mundial de las Familias. La presencia del Papa Francisco para presidir los actos principales de “esta celebración de la belleza del plan de Dios para la familia” ratificaron la apuesta de la Iglesia por el Evangelio de la familia como mensaje de esperanza para una humanidad necesitada de unidad y reconciliación. El Papa nos recordaba en las vísperas de este Pentecostés que la familia hoy afronta muchos desafíos “en sus esfuerzos por encarnar un amor fiel, para que crezcan los hijos con valores sanos y para estar en la comunidad más amplia como levadura de bondad, amor y atención recíproca”.