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Elecciones Generales: el vacío católico

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Enric Juliana, uno de los periodistas con mayor finura de diagnóstico, comentaba en un breve, justo el mismo día de las elecciones, que en España hay 8 millones de católicos practicantes, pero que a pesar de su número parecen eclipsados del debate público. Es la misma conclusión que venimos subrayado en ForumLibertas.

Ese vacío tiene consecuencias graves para la propia sociedad española, porque significa que una gran comunidad que se presupone que en cosas importantes tendría mucho que decir, al hilo de la doctrina social de la Iglesia, es la gran muda. Pues bien, esa falta de concurrencia es también un déficit de servicio a la sociedad, porque la democracia va bien en la medida que es inclusiva, sobre todo cuando la exclusión es tan grande.

La paradoja es que no nos excluye nadie; solo nosotros. Y que no se venga con el discurso del individualismo católico; aquel que dice que cada católico ha de actuar por su cuenta en política, y la Iglesia acompañarlos a todos. Eso es huir de la realidad. Primero porque la institución eclesial, acompañar, lo que se dice acompañar, en el caso de España y con contadas excepciones, es algo que no practica. Y segundo, porque el bien común desde la perspectiva católica no puede ser alcanzado por un ejercicio de individualidades dispersas, sujetas a las presiones de un entorno que ven el discurso cristiano como una molestia en el mejor de los casos. El resultado es el silencio, la mudez. Al final, llevamos décadas de experiencia, o se callan, o se van a casa.

¡Basta ya de esa coartada estéril!

Individualmente solo se ha cosechado el fracaso y el retroceso en la vida pública, y se ha facilitado la elaboración de leyes perfectamente contrarias a la concepción cristiana.

Juliana se pregunta si ha desaparecido de la política la religión, y responde negativamente “No. La izquierda plantea constantemente temas referidos a valores morales (la legalización de la eutanasia, por ejemplo) que interpelan fuertemente a las personas con creencias religiosas.” “Ningún partido habla en nombre de los católicos.” (el subrayado es nuestro).

Todo esto resulta evidente para cualquier observador objetivo, que no acostumbra a tener intereses de partido, porque a todos, por una u otra razón, ya les va bien el Gran Mudo, que eso es lo que representan los católicos en España.

Pregunta. Si continuamente se plantean en la política temas que nos interpelan y carecemos de la más mínima representación política, ¿qué debemos hacer?

La cuestión es entonces ¿para que sirve el magisterio social de la Iglesia, que significa lo que San Pedro nos dice en su primera carta erais “no pueblo”, ahora sois “pueblo de Dios”? Pero ¿por dónde anda este pueblo?  ¿Dónde queda aquello de que la política es una manifestación de la caridad cristiana?

Para que no haya dudas. Ni siquiera estamos hablando de la intervención directa en la democracia participativa, es decir, un partido político que parta del pensamiento social cristiano, no porque pensemos que no deba existir, sino porque sin renunciar a ello consideramos que antes de “partir” hay que reagrupar. Y esta tarea se puede y debe realizar desde la democracia participativa, porque la política no se agota en los partidos.

Precisamente ahora que España vive una intensa crisis de los partidos y de la democracia representativa en la valoración de los ciudadanos, es cuando más necesaria es una regeneración política que permita desterrar el mal de la partitocracia. Precisamente ahora es cuando se requiere de organizaciones fuertes que impulsen la democracia de participación (que algunos confunden con ir reclamando consultas y referéndums)

Es en ese ámbito donde es urgente construir un encuentro, una gran plataforma capaz de hacer llegar la concepción cristiana a la sociedad, a las instituciones y a los partidos, mediante los cauces, medios y estrategias de participación. Ese debe ser el objetivo ahora. Dotarnos de fuerza sin acudir al partido. Después la práctica dirá si eso basta o es necesario cubrir también el otro carril, el de la democracia participativa.


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5 Comentarios. Dejar nuevo

  • Conforme con lo que se dice en el escrito. Vale de tonterías y de absurdeces. ¡Adelante, católicos! Es necesario una regeneración de la vida social y política de España. Se necesitan católicos valientes y audaces que lleven la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia a todos los rincones de la sociedad y en todos sus ámbitos.

    Responder
  • rodrigo tenorio
    30 abril, 2019 21:57

    hablar de política y de cristianismo casi resulta un contrasentido en la actualidad. Quejarse de que los cristianos no votan por supuestos cristianos o católicos carece de sentido. El mundo actual y su política no son religiosos, son solo políticos en los actos políticos, como las elecciones. No se está eligiendo autoridades eclesiásticas sino civiles. Y la civilidad actúa desde sí misma. Allí no tiene lugar lo religiosos sino las cualidades civiles para dirigir y gobernar. No habría, pues, de qué lamentarse

    Responder
  • A ver, «católicos practicantes» comprometidos los hay, aunque habría que distinguir a qué «católicos practicantes» se refiere, pues, por ejemplo en Cataluña y Vascongadas, muchos «católicos» catalanes o vascos prefieren votar a los partidos independentistas que no defienden la Vida, antes que a los partidos que defienden la Vida, entre estos «católicos» figuran muchos miembros de la jerarquía eclesiástica, ¿lo entienden ustedes? … esto es una muestra de la confusión y relativismo que impera en la Iglesia, y que contribuye al marasmo y entenebrecimiento que reina en la sociedad española en general.

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  • En política, mis queridos hermanos, no se presenten como Católicos; tu filiación católica, guárdalo en tu corazón. Para esto es muy importante, saber en que NIVEL te encuentras:
    ¡UBÍCATE! ¡EN QUE POSICIÓN ESTAS EN RELACIÓN A JESUCRISTO!
    Es bueno ubicarse, para esto hay que ver en qué nivel de cristianismo estas:
    Primer Nivel: creyente, en este nivel hasta el Diablo está.
    Segundo nivel: discípulo, en este nivel está Judas, el traidor.
    Tercer nivel: amigo de Cristo, hay que llegar a este nivel, luego, automáticamente pasas al siguiente nivel,
    Cuarto nivel, SERVIDOR, es decir, más servidor que católico; propagador, con testimonio de vida, del Evangelio de Cristo, mi Señor.
    ¡Recuérdelo!
    ¡UBÍCATE!
    «Bienaventurados, Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.» «Bienaventurados, Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos»
    Recuerden también que, la única forma de entrar en política y luchar contra la CORRUPCIÓN y todo MAL es, SIENDO UN CLON de la humanidad de Cristo, mi Señor.
    «Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí»

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  • Jose Luis Balcells
    2 mayo, 2019 11:30

    ¡Que vale más para nosotros ,»La ley de Dios» o las leyes emanadas porpartidos políticos, que prescinden absolutamente del mismo Dios , que a través de las Santas Escrituras ha querido que «Todos los hombres, un día,lleguemos al conocimiento de la » Verdad»!.¡Por aquí creo que está la solución!

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