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Francisco abre una nueva página de la historia entre las religiones en Emiratos Árabes

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El Papa Francisco ha firmado una declaración con el Gran Imán de la Mezquita de Al Azhar. Ese documento abre un ámbito de relación que inaugura una nueva página en la historia de las religiones.

El documento, que lleva por título “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” es una declaración conjunta que quiere combatir el extremismo religioso que deriva en el «execrable» terrorismo en Oriente y Occidente, que, según han aclarado, «no se debe a la religión», sino al uso instrumentalizador de la misma.

Este gesto interreligioso y el contenido del texto es considerado por el propio Pontífice como una consecución que viene del Vaticano II y que potencia la Fraternidad Humana.

En ese sentido, ambos líderes religiosos subrayan que “nadie está autorizado a instrumentalizar el nombre de Dios para justificar la guerra, el terrorismo y cualquier otra forma de violencia”. Además, destacan que “la vida debe salvaguardarse siempre”, al igual que “los derechos de las mujeres”, rechazando cualquier práctica discriminatoria contra ellas.

El obispo de Roma y el Gran Imán de Al-Azhar muestran que “promover la cultura del encuentro no es una utopía, sino la condición necesaria para vivir en paz y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor”.

Un documento con «el espíritu del Vaticano II»

Durante su regreso y ya en el vuelo que lo ha devuelto a Romade los Emiratos Árabes, Francisco dialogó como es habitual con los periodistas.

Después de la firma histórica , un periodista le pregunó «¿cuáles serán las consecuencias en el mundo islámico, pensando sobre todo en Yemen y Siria? ¿Y qué consecuencias habrá entre los católicos, visto que hay una parte de los católicos que la acusan de dejarse instrumentalizar por los musulmanes?».

Francisco respondió «me acusan de dejarme instrumentalizar, ¡pero no solo por los musulmanes! ¡Por todos, incluso por los periodistas! Es parte del trabajo».

Lo que el Pontífice sí quiso destacar es que «desde el punto de vista católico», el documento «no se ha movido ni un milímetro más allá del Concilio Vaticano II. Nada. El documento ha sido realizado en el espíritu del Vaticano II». A ese respecto el Papa ha explicado que «antes de tomar la decisión de decir: está bien así, lo terminamos así, se lo he hecho leer a algún teólogo e incluso al Teólogo de la Casa Pontificia que es dominicano con la hermosa tradición dominicana, no para ir a la caza de brujas, sino de ver lo correcto. Y él lo aprobó. Si alguno se siente mal, lo entiendo, no es algo cotidiano y no es un paso atrás. Es un paso adelante que viene de 60 años, el Concilio que debe desarrollarse».

Y es que, según explica Bergoglio «los historiadores dicen que para que un concilio tenga consecuencias en la Iglesia se necesitan 100 años, estamos a medio camino. A mí también me ha pasado. Leí una frase del documento que me sorprendió y me dije: no sé si es segura. Sin embargo, ¡era una frase del Concilio! En el mundo islámico hay diferentes opiniones, unas más radicales, otras no».

Finalmente el Papa ha explicado que «en el Consejo de Sabios había al menos un chiíta y ha hablado bien. Habrá discrepancias entre ellos… pero es un proceso, los procesos deben madurar, como las flores, como la fruta». Se abre una nueva etapa, el Concilio Vaticano II sigue su despliegue.

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