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La lógica de los trasplantes de órganos aplicada a los vientres de alquiler: «pagar degrada el sistema»

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El diario La Vanguardia ha entrevistado recientemente a la directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil. Como es sabido, España tiene el mejor sistema de trasplantes del mundo y esta doctora católica de 48 años está al frente de esta organización.

Domínguez-Gil dice que sus tres principios fundamentales son honestidad, sinceridad y amor por el trabajo bien hecho.

En la entrevista la responsable del sistema de trasplantes español asegura que en nuestro país se recibe un órgano antes que en otros países porque «tenemos una sanidad universal y pública que no discrimina a nadie y porque su eficiencia permite reciprocidad».

En ese sentido, Domínguez-Gil explica las magníficas cifras del sistema de donaciones y donantes: «Todo el mundo tiene derecho a ser trasplantado, pero sobre todo que nuestra gestión es eficiente y logra que ese derecho se realice, por lo que facilitan la donación sabiendo que un día podrán recibirla. Por eso somos líderes: 114 transplantes por millón de habitantes y el año pasado fueron más de 5.300«.

“El día que paguemos por un órgano, el sistema se degradará”

Esta doctora católica, explica que el sistema español ha sido copiado en su totalidad o en algunas partes por otros sistemas europeos como Gran Bretaña, Croacia, Francia, Italia o Portugal.

Sin embargo, Domínguez-Gil también lo tiene muy claro: “El día que paguemos por un órgano, el sistema se degradará”. Es por eso que cuando el Nobel de Economía y académico de la Racef Alvin Roth propuso hace un año a la UE un programa en el que varias parejas de grupos sanguíneos diferentes intercambian riñones de forma compatible, la directora española se negó.

Roth propuso un programa que pudiera incluir a países pobres con donantes, pero que no tuvieran recursos. A cambio del órgano, el país receptor correría con los gastos. Domínguez-Gil lo vio claro: se trataba de una compra de órganos encubierta. Es evidente que si un órgano tiene un precio y entra en la lógica del mercado, el sistema deja de funcionar para todos. Bruselas rechazó la propuesta por iniciativa de la doctora española.

El reto de los vientres de alquiler

Un aspecto que no abordaba la entrevista realizada La Vanguardia, pero que remite a la misma lógica planteada por la misma es la de los vientres de alquiler, cuyo debate está latente en la opinión pública en la actualidad.

Si la doctora afirma que “El día que paguemos por un órgano, el sistema se degradará”, es evidente que la lógica consumista de la compra de vientres que puedan hacer crecer a un bebé es exactamente eso: un sistema que paga por un bebé y que degrada al ser humano, la maternidad, la mujer, la familia, y la descendencia.

 

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