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Los siete problemas que ponen en jaque el Estado del Bienestar

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Los ciudadanos que no acaban de ver el final de la crisis “están cabreados porque el Estado del Bienestar es, en realidad, de malestar. Hay muchas promesas incumplidas y expectativas no satisfechas”. De esta manera se expresa Guillem López Casasnovas, economista y consejero del Banco de España.

Ese malestar tiene su razón de ser por las diferentes causas que están poniendo en jaque el Estado del Bienestar: desajuste entre el gasto público y los ingresos; desproporción entre los recursos destinados a los mayores y los de los jóvenes; o escasa e injusta recaudación fiscal, entre otras cuestiones a resolver.

López Casasnovas ha plasmado todo ello en su último libro, El bienestar desigual. Qué queda de los derechos y beneficios sociales tras la crisis, donde señala que, aunque “nuestro bienestar figura en la parte alta de muchos rankings internacionales, sin embargo, los ciudadanos cuestionan a menudo la salud de nuestro sistema de protección social”, mientras “la crisis económica ha acentuado la sensación de que lo conseguido se sostiene sobre cimientos frágiles, y puede venirse abajo en cualquier momento”

Según se indica en la presentación del libro, “paro y rentas ciudadanas, listas de espera y costes prohibitivos de algunas innovaciones, expectativas frustradas de ayudas a la dependencia, reivindicaciones de gratuidad garantizada, exigencias de lo mejor para todos en cualquier circunstancia, tiempo y lugar… Nos hallamos ante un contexto difícil en el que la política con minúsculas lo invade todo, y pone en primera línea una insatisfacción social que enturbia los logros sociales del último cuarto del siglo”.

Este experto economista ha escrito cientos de artículos y trabajos sobre el problema del gasto social en las cuentas públicas. Es catedrático de Economía por la Universidad Pompeu Fabra desde hace 22 años y doctor en Economía por la Universidad de York, y lleva diez años en el Consejo de Gobierno del Banco de España, a propuesta de CiU, por lo que ha vivido de cerca toda la crisis financiera.

Siete cuestiones que ponen en riesgo el Estado del Bienestar
Siete cuestiones que ponen en riesgo el Estado del Bienestar

Siete problemas a resolver

En una entrevista publicada en el diario El País el pasado lunes, 9 de noviembre, López Casasnovas subraya, entre otras, hasta siete cuestiones que están dificultando en gran medida recuperar un Estado del Bienestar del que el Gobierno presume pero que dista mucho de la realidad que la mayoría de ciudadanos viven en su día a día.

  1. Desajuste entre el gasto público y los ingresos

El economista considera que “la sociedad debe conocer lo que cuesta demandar más y mejores servicios. Trasladar su financiación a la deuda, a través del déficit, a las futuras generaciones es hoy muy insolidario”.

Es por ello que se debería “ajustar el gasto a los ingresos reales. Los que dicen que defienden que se extienda el Estado de bienestar sin preocuparse de su financiación son, en realidad, sus mayores enemigos”, añade.

“Además, si no se controla con precisión el gasto se pueden acabar financiando con dinero público, por ejemplo, medicamentos de bajo valor terapéutico a deleite privado. El esfuerzo debe centrarse donde existen bolsas concretas de pobreza y desigualdad, no destinar recursos a supuestos problemas genéricos”, critica.

  1. Desproporción entre los recursos destinados a los mayores y los de los jóvenes.

Al mismo tiempo, “la política social actual se ha centrado en nuestros mayores, que vivieron la guerra y otras privaciones, asumiendo que los jóvenes veían compensado su mejor capital humano por el mercado de trabajo. Pero eso no es hoy cierto y la situación insostenible”, dice en la entrevista.

“El Estado dedica demasiados recursos a los mayores, de manera poco selectiva, mientras deja sin atender otros problemas, como la formación de jóvenes, la enseñanza de idiomas, el abandono escolar… La solución al problema de la educación se deja de lado porque no se nota a corto plazo, pero erosiona gravemente el futuro”, destaca.

  1. Ajuste de las pensiones

En relación a lo anterior, López Casasnovas piensa que “en las crisis, también los mayores deben ver ajustada su pensión y no trasladar su coste a espaldas de cotizaciones más altas. Y en bonanza, la actualización debiera ser a PIB nominal y no solo según inflación”.

“Ser una persona mayor no significa hoy afortunadamente ser pobre. Sin embargo, entre este colectivo hay bolsas de pobreza insuficientemente atendidas”, recuerda.

  1. Precariedad laboral y baja natalidad

Otra cuestión que plantea el consejero del Banco de España es que, a pesar de que “los abuelos han ayudado a los jóvenes parados o con precariedad laboral, ese no es el camino”.

“Esta precariedad provoca baja natalidad, malos salarios, imposibilidad de emancipación de los jóvenes…una generación que no podrá financiar su Estado de bienestar ni su jubilación. Eso no es justo”, apostilla.

También advierte de que “en lugar de subvencionar el Imserso se debería ayudar a los viajes en Interrail de los jóvenes, que necesitan saber idiomas, conocer otros países…eso es fundamental para su formación. El que exista futuro para ellos es lo que ha de mantener el presente sostenible para nosotros”.

  1. Desequilibrio generacional

“Hay que llamar la atención sobre el desequilibrio generacional que se está produciendo con esta política social y la escasa aportación al bienestar de los jóvenes procedente del mercado de trabajo. Y ya no digamos de los aún no nacidos, que deberán asumir nuestras deudas y que por supuesto hoy no votan”, agrega, en relación con las cuestiones anteriores.

  1. Escasa e injusta recaudación fiscal

Cuando el entrevistador le pregunta acerca del problema de fondo que supone la escasa recaudación fiscal de España en proporción al PIB, López Casasnovas responde que, “sin duda, se puede ver como un problema de escasa recaudación fiscal, que es donde empieza todo. La decisión de eficiencia de tamaño de presión fiscal global es de los parlamentos. Pero quizás hoy por justicia fiscal su composición ha de variar”.

Y añade: “creo que hay que cargar las plusvalías no reinvertidas con unos impuestos muy altos, digamos del 70%, y revitalizar el impuesto de sucesiones y el del patrimonio no vinculado a la creación de riqueza. Yo no castigaría tanto la renta como aquella riqueza inmovilizada en manos de unos pocos. Las rentas no ganadas por herederos desincentivan el trabajo, van contra la meritocracia y todo ello limita la prosperidad de un país”.

  1. Mala gestión de los recortes en Sanidad

En relación a los recortes que se han aplicado en la sanidad, “creo que si la Administración pone los recortes salariales en el centro de su política en lugar de buscar la mejora de la actividad asistencial, a largo plazo crece el gasto”.

Debido a ello, “los menores sueldos acaban en menos productividad y, cuando se alivia la presión económica, la Administración mejora los salarios a plantillas más hinchadas: al final se gasta más a cambio de igual o peores resultados asistenciales”, concluye.

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