Uno de los últimos días del año 2018 arrancaba en Madrid el Encuentro Europeo de Jóvenes convocado por la Comunidad de Taizé. Cerca de 15.000 chicos y chicas de todo el continente ofrecieron una estampa que desafía los tópicos de una juventud supuestamente desinteresada por las cuestiones del espíritu. El recogimiento, el silencio y la oración son aspectos clave en la experiencia de Taizé, que atrae a católicos, evangélicos y ortodoxos. Lo que tienen en común es no conformarse con una tradición de fe heredada de sus padres, y por eso buscan alimentarla con un encuentro personal con Dios.
