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El padre José María Alba Cereceda, S.I.

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La publicación el pasado viernes 13 de enero de un artículo de Opinión  acerca del padre José María Alba Cereceda, S.I. me impulsa a decir algo. Ruego atiendan el vídeo que contiene este artículo.

Testimonio: 15 años sin el padre José María Alba, fundador en Sentmenat
Jan 13, 2017 05:53 am Jordi Picazo 

La tierra de su misión en mi adolescencia juventud era mi ciudad natal de Barcelona. Era una época singular en la que se intuía el final de una etapa política en España. Época precedente al fallecimiento en 1975, por causas naturales y en la cama, del Jefe del Estado Español Francisco Franco. Precedente también a la denominada Transición. Y por tanto precedente a la Promulgación de la Constitución de 1978 y al Concordato todavía vigente del Estado Español con la Santa Sede de 1979. En la actualidad la tierra de misión del padre Alba son distintos lugares de España y del Continente americano a cargo de los religiosos mCR (misioneros de Cristo Rey) que él fundó.

A nivel eclesial se produjo en España una indigestión generalizada del Concilio Vaticano II en la década de los años 70 del siglo XX. Y ello hasta el punto de la inexistencia de Seminarios en Catalunya por cierre de los mismos uno tras otro. Empezó todo con el rechazo notorio en Barcelona de mi Arzobispo Monseñor Marcelo González Martín. Por parte de quienes no iban al templo y de muchos que sí iban. Las manifestaciones de determinado clero en la calle exhibiendo pancartas con la frase “volem bisbes catalans” pudo más. Monseñor Marcelo González Martín fue destinado a la diócesis de Toledo. Monseñor Narcís Jubany i Arnau, procedente de la de Girona, a la de Barcelona. Poco después ambos fueron Cardenales de la Iglesia… en Toledo y en Barcelona.

A mis dieciséis años (año 1973) el Arzobispo Mons. Marcelo González se despidió de la juventud católica de su diócesis, la mía. Yo estaba allí en el Palau de la Música. Como suele ser habitual en estos casos las butacas estaban ocupadas por personas adultas. Monseñor Marcelo realizó una invitación de palabra: la apertura de su seminario diocesano de Toledo a la juventud de Barcelona con inquietudes al sacerdocio. En aquel tiempo y durante varios años me planteé muy en serio dejarlo todo por Cristo. Me lo planteé tal como debe hacerse: mediante la práctica de los ejercicios espirituales y muchos ratos de oración ante el Sagrario.

Mi confesor y director espiritual era D. José Maria Alba Cereceda. Formé parte del grupo de jóvenes que él dirigía en la parroquia barcelonesa de las Santas Juliana y Semproniana. Allí se formaron las primeras juventudes del padre Alba, empezando por la mía. Siguiendo un esquema parecido a las reuniones de los Cursillos de Cristiandad, en mis reuniones de grupo el tema de estudio era la Summa ad Gentes de Santo Tomás de Aquino. Recogiendo el sentir del padre Pedro Piulachs, S.I. -y recogiendo una iniciativa iniciada por el grupo Schola Cordis Iesu que no prosperó- el padre Alba, en solitario, inició en el antiguo edificio de la calle Diputación núm. 123 pral. segunda de Barcelona- su lugar de residencia – un incipiente seminario. Sólo con dos seminaristas. Tal vez yo apuntaba a ser el tercero. Estos seminaristas se llaman padre Antonio Turú Rofes, mCR (y superior de dicha Congregación)  y padre Manuel Martínez Cano, mCR.

Posteriormente el padre Alba se hizo cargo de la redacción y gestión de la Revista Ave María, vinculada a los claretianos C.M.F. Eran tiempos difíciles para todo católico. La invitación del Arzobispo de Barcelona Mons. Marcelo, en su despedida diocesana en el Palau de la Música, tuvo acogida. Al poco tiempo, y sin apenas presencia de seminaristas procedentes de Madrid, el seminario local, nacional e internacional de Toledo, aglutinó vocaciones de distintas procedencias españolas, europeas y americanas. El grupo más numeroso por procedencia geográfica, después del local de Toledo, fue el de los seminaristas catalanes de Barcelona. Grupo variopinto con presencia de vocaciones surgidas en el Movimiento Cursillos de Cristiandad que lideraba el padre Ginés, M.S.C. (Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús). Durante dos o tres años en el mes de septiembre me personaba en la Estación de Francia de la Renfe en Barcelona a despedir al colectivo de seminaristas barceloneses que iniciaban sus cursos en Toledo.

Durante unos diez años con el Cardenal Jubany no hubo ni una sola ordenación sacerdotal. Barcelona estaba bajo mínimos. No había seminario de candidatos al sacerdocio.  Poco a poco fueron cerrando todos los seminarios operativos de Catalunya. Esto fue tan así que derivó en dos únicas facultades en Catalunya para estudios canónicos filosóficos y teológicos. Las dos en Barcelona para atender la formación eclesiástica de todo candidato al sacerdocio en toda diócesis catalana. Excepción hecha, claro está, del incipiente seminario de Tortosa del entonces obispo de esta diócesis y posterior Cardenal Arzobispo de Barcelona Mons. Ricard Maria Carles. ¡Y notable excepción en la actualidad del seminario de mi diócesis de Terrassa! Es una diócesis nueva de 10 años de antigüedad.

Al mismo tiempo se producía en la Iglesia el cisma de Monseñor Marcel Lefevbre con su Fraternidad Sacerdotal San Pio X y su seminario de Écône. La inicial suspensión a divinis de julio de 1976 se intuía. Acudí a su conferencia previa en Barcelona. Como acudió el padre Alba. Él se mantuvo atento sin tomar partido. Yo lo mismo. Creo recordar que fue el último día que nos vimos personalmente.

El padre Alba estaba muy centrado. Era un hombre de Dios entregado a la única causa del Evangelio. La Obra del Padre Piulachs, S.I. al final cosechó sus frutos con el Colegio del Corazón Inmaculado de María de Sentmenat. La revista Ave María se sigue editando. www.avemaria.es  Revista iniciada en lengua catalana  por los padres claretianos. La leía entonces como la leo ahora. Un entonces en que su director era el padre José Maria Solé Romá, C.M.F. Gracias al padre Alba y a sus discípulos fue posible la supervivencia de esta revista mariana del año 1924. Revista que ha ido a más. En la página web verán el anagrama de La Unión Seglar de San Antonio María Claret y su link. ¡Todavía conservo la insignia!

Me ha parecido oportuno expresar esto en voz alta en mi blog. Atenderé todo comentario cerebrado que se exprese en él. En redacción ya filtran el correo spam. A lo largo de mi vida he tenido – pocos- directores espirituales. ¡Ninguno con el calado de este ejemplar religioso discípulo de San Ignacio de Loyola: el padre José María Alba Cereceda!

Y añado algo. Entre los seminaristas catalanes de Toledo de aquel tiempo, algunos hoy son Obispos. En concreto el Obispo titular de Terrassa Mons. Josep Àngel Saiz Meneses y el Obispo Auxiliar de Terrassa Mons. Salvador Cristau i Coll.  Otros son sacerdotes que detentan o han detentado cargos eclesiásticos de relevancia en Catalunya o fuera de ella. O bien fundadores de Congregaciones religiosas. El padre Alba encendió una mecha. No la única mecha. Tener visión panorámica no es fácil. Se confunde con facilidad con la visión desde el propio reducto ignorando el resto de reductos. Por este camino se pierde la visión de universalidad y se diluye la unidad. Todo ello aconteció en los ambientes de fidelidad católica. Para muchos fieles basta un solo reducto. Caso que no fue mi caso. Se corre el peligro de rehuirlos todos. Y al mismo tiempo se acierta en estar con todos los que abrazan la Fe Cristiana en la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica de Nuestro Señor Jesucristo.

La fotografía del padre Alba que ilustra este escrito fue tomada en blanco y negro ante la fachada del Monasterio de Poblet el día 24 de febrero de 1974. ¡Es mía! La hago extensiva a todos Vds. junto con la necrológica publicada en prensa! Le pedí yo al padre Alba que quería un foto suya sin nadie más, después de aguardar un buen rato su salida del templo, cuando ya no quedaba nadie dentro de él entre los componentes de La Unión Seglar de San Antonio María Claret.

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6 Comentarios. Dejar nuevo

  • Francesc Martínez Porcell
    18 enero, 2017 12:28

    Las siglas deben respetarse. S.I. (jesuitas) en legua latina quiere decir Societate Iesu. En la necrológica pone indebidamente S.J. Los misioneros de Cristo Rey tienen como sigla mCR, destacando misioneros en minúscula y Cristo Rey en mayúscula. Les agradeceré que envien comentarios y sus «me gusta» si es el caso. Bien sea en mi escrito o en el del Sr. Jordi Picazo.

    Responder
  • Me ha gustado mucho tu artículo Francisco! Enhorabuena! Pues esa fotografía la había visto yo muchísimas veces!
    Qué fuerte, hace 10 años no te conocía. Lo que son las cosas.

    Responder
  • Silveri Garrell
    20 enero, 2017 10:37

    Cita: «Durante unos diez años con el Cardenal Jubany no hubo ni una sola ordenación sacerdotal. Barcelona estaba bajo mínimos. No había seminario de candidatos al sacerdocio». —– Pues contesto que no sabía esto, ya lo investigaré más.

    Responder
  • merce martinez
    23 enero, 2017 06:28

    Es un gran testimoni que parla des de la teva propia experiencia, fent nos apropar la historia del passat! jo l escolto, la revisc i l agraeixo!! i com a germana que se quant transparent ets, t abraço a tu i el teu sentir!!

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  • Francesc Martínez Porcell
    23 enero, 2017 12:39

    Hoy 23 de enero Forum Libertas publica esta información. Esta información está dirigida a todos los públicos eclesiales en sintonía con la Iglesia de Jesucristo

    Responder
  • Francesc Martínez Porcell
    24 enero, 2017 09:58

    Silveri: Había algo. Un piso cerca de la Avgda Meridiana con vocaciones de seminaristas «raras». No había absolutamente nada más. El Seminario de Vich fue el último en cerrar. Actualmente en la facultad eclesiástica de Catalunya para estudios filosóficos, inserida en la Universidad Civil Ramon Llull, es difícil para todo clérigo profesor conocer quién está allí formándose para el sacerdocio por cuenta de su propio obispo. Sé muy bien que esto es así y no de otro modo. Obviamente el nivel académico actual es bueno. Desde la década de los años 70 del siglo XX hasta la actualidad «ha llovido» un poco.

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