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Una sociedad contradictoria: defiende los derechos de los Down, pero los aborta

Familia

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El Gobierno socialista de Pedro Sánchez ha dado un paso que quiere dar una imagen inclusiva con los discapacitados, pero que, sin embargo, tras una lectura profunda, en realidad coloca a los socialistas en una profunda contradicción. 

El Consejo de Ministros ha aprobado un proyecto de ley que pretende eliminar la incapacitación judicial a personas que sufran algún tipo de discapacidad mental entre las que se encontrarían las personas con síndrome de Down

De esa manera la nueva reforma pretende eliminar del ordenamiento jurídico términos como incapacitado o incapacitación. Ese cambio de léxico no es puramente estético, sino que tendría un efecto en la situación de esas personas. 

La razón es que esta reforma otorgaría un nuevo sistema jurídico en el que estas personas podrán realizar una toma de decisiones mayor, en la actualidad concentrada en su tutor. De esta manera, se trataría de respetar la voluntad de estas personas revisando la misma periódicamente.

El papel del tutor desaparecería pues para erigirse una nueva figura -dependiendo del grado de discapacidad- de apoyo, seguimiento y guía en la toma de decisiones de estas personas. Además, la persona discapacitada podrías establecer quién sería su apoyo en el futuro.

Unos derechos que se aplicarán a prácticamente nadie

La profunda contradicción en la que ahonda el Ejecutivo de Sánchez es que, mientras por un lado desarrollan una ley para empedrar y ofrecer una mayor autonomía a las personas con discapacidad mental como son los síndrome de Down, por otro lado, apoyan una Ley del Aborto que elimina prácticamente sistemáticamente a las personas con ese tipo de discapacidad. 

El denominado diagnóstico temprano del embarazo identifica a los bebés no nacidos que van a nacer con algún tipo de discapacidad, como son las personas con Down. Ese diagnóstico y la Ley del Aborto aprobada por el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero que pasaba de un estatus de supuestos a uno de plazos, facilita y en el fondo anima a los padres a abortar a sus bebés antes de que nazcan . 

Esa situación produce una profunda paradoja: por un lado la sociedad se muestra sensible a las historias de superación que con asiduidad algunas de estas personas protagonizan en los medios de comunicación (llegan a ser profesores, modelos o actores) y, por otro lado, se les niega la vida en el útero materno solamente por ser lo que son. 

 

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