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Manual de la perfección cristiana

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Para exponer acerca de los 7 Sacramentos atenderé también otro Manual. Atenderé el libro del reverendo padre Antonio Royo Marín, O.P. titulado Teología de la Perfección Cristiana. Lo haré en base a mi ejemplar correspondiente a la QUINTA EDICIÓN, NOTABLEMENTE CORREGIDA Y MEJORADA. Es una edición de MCMLXVIII (impresa el 25 de marzo de 1968). No he encontrado vínculo web de esta edición. Es un libro de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) que Editorial Católica, S.A. lo sigue publicando. Vean la fotografía ilustrativa. Es el volumen 114. Los vínculos web que he visto reproducen la cuarta edición… sin las correcciones notables y mejoradas de la quinta edición que tengo delante.

 

El punto 281 empieza con un cuadro sinóptico (pág. 413). Dibuja en él los Medios fundamentales para el aumento y desarrollo de la vida de la gracia. Los separa en dos: A) Ex opere operato: los sacramentos. Indica los siete. B) Ex opere operantis: 1) El ejercicio de las virtudes infusas y dones del Espíritu Santo. 2) La vida de oración. En el punto 284 (pág. 416) señala textualmente lo siguiente: <<A veces se insiste demasiado en el efecto ex opere operato de los sacramentos, como si ése fuera su efecto único o todo dependiera exclusivamente de eso. No hay que perder de vista que el efecto ex opere operato se conjuga en la recepción de los sacramentos con el efecto ex opere operantis, o sea, con las disposiciones del que los recibe (nota 13). De donde en la práctica es de gran importancia la cuidadosa preparación y la intensidad del fervor al recibirlos. Es clásico el ejemplo de la fuente y el vaso: la cantidad de agua que se recoge no depende solamente de la fuente, sino también del tamaño del vaso que la recibe. Ahora bien: el vaso de nuestra alma se ensancha con la intensidad del fervor o devoción.>>

 

La nota 13 de pie de página 416 de esta quinta edición dice textualmente lo siguiente: <<No olvidemos que el concilio de Trento, hablando de la justificación del pecador, habla de las disposiciones (sobrenaturales) del que la recibe como un elemento fundamental para determinar el grado o la medida de esa justificación: <<…iustitiam in nobis recipientes unusquisque suam, secundum mensuram, quam Spriritus Sanctus partitur singulis prout vult (1Cor 12,11) et secundum propriam cuiusque dispotitionem et cooperationem (cf. D 799). Y si esto ocurre en la justificación primera, a fortiori ocurrirá en los sacramentos de vivos, que suponen ya en el alma todos los elementos necesarios para el mérito sobrenatural de condigno.>>

 

El Capítulo 12 de la 1ª Carta de San Pablo a los Corintios es este texto tan elocuente sobre los dones espirituales diversos en cada uno por obra y gracia del Espíritu Santo. La expresión D mayúscula se refiere al Denzinger. Por lo que veo, en el antecedende vínculo azul de fiar, es descargable. “Sacramentos de muertos son dos: el bautismo, que se ordena a borrar el pecado original, y la penitencia, que se ordena, de suyo, a destruir el pecado mortal. Sacramentos de vivos son los que fueron instituidos para robustecer o aumentar la gracia santificante en un sujeto que ya la posee. Son los otros cinco, a saber: confirmación, eucaristía, unción de los enfermos, orden y matrimonio.” (Cf. Pág. 38 Teología Moral para Seglares II)

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