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Adolescentes transexuales: “Hay una verdadera moda en los Estados Unidos”.

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Abigail Shrier, periodista norteamericana del Wall Street Journal, publica una investigación sobre la popularidad de la transexualidad entre los niños y adolescentes en los Estados Unidos. Shrier afirma que este fenómeno, que afecta particularmente a las chicas, es muy preocupante. Su libro ha sido objeto de ataques y peticiones de boicot al otro lado del Atlántico.

Entrevista de Eugénie Bastié publicada en Le Figaro (16/12/2020)

En su libro, Irreversible Damage (Daño irreversible), habla del «contagio social» que se produce entre las jóvenes adolescentes que deciden iniciar una transición de sexo. ¿Qué quiere decir con esto? ¿Por qué usa el término «contagio social»?

Abigail SHRIER. – El fenómeno de contagio social se refiere a un tipo de influencia ejercida específicamente por los «pares», que te animan a imitar un determinado comportamiento. En el caso de la disforia de género, los «influencers» online juegan un papel importante en la propagación del sentimiento de incomodidad con el propio cuerpo y fomentan la idea de que cualquier síntoma de no ser perfectamente femenina significa que una chica es probablemente transgénero. Los amigos también juegan un papel importante en la difusión y el fomento de este sentimiento, tanto para la propensión a identificarse como transgénero como para la incitación a obtener tratamientos hormonales o cirugías de reasignación de sexo.

¿Cuál es la magnitud de este fenómeno en los Estados Unidos?

No tenemos una medicina centralizada en los Estados Unidos y un paciente no necesita un diagnóstico de disforia de género de un profesional de la salud psicológica para obtener hormonas en una «clínica de género». Estos dos factores dificultan la obtención de una contabilidad exacta de esta repentina alza. Pero lo que sí sabemos es que desde 2007, Estados Unidos ha pasado de dos clínicas de género a más de 50, y entre 2016 y 2017, el número de cirugías de género en personas nacidas mujeres en los Estados Unidos se cuadruplicó. Históricamente, sólo el 0,01% de la población norteamericana tenía disforia de género, pero en 2018, el 2% de los estudiantes de secundaria americanos declararon ser transexuales y la mayoría de ellos son mujeres.

¿Qué diferencia hace usted entre la disforia de género, que es una realidad, y este fenómeno que considera como «contagio social»?

La disforia de género tradicional comienza en la primera infancia y siempre ha sido experimentada de manera abrumadora por hombres. Los adultos transexuales que realmente sufren de disforia de género (y he entrevistado a muchos de ellos) no eligieron esa identidad para hacer amigos, ni lo hicieron después de ser influenciados por las redes sociales. Simplemente experimentaron un malestar severo con su sexo biológico desde que tienen memoria.

¿Cómo están acelerando esta tendencia las redes sociales?

Las redes sociales aceleran esta tendencia de la misma manera que lo hacen con cosas como la anorexia: las adolescentes con un sufrimiento real comparten ese dolor con sus amigas y lo difunden. Como explico en el libro, esto tiene que ver con los patrones de amistad que las chicas comparten – su tendencia a asumir el sufrimiento de sus amigas, a estar de acuerdo con sus creencias, incluso hasta el punto de suspender la realidad para ponerse de su lado. Y así se animan mutuamente en su disforia, empujándose mutuamente a las hormonas y a las cirugías.

¿Cuáles son las consecuencias negativas de este fenómeno? ¿Por qué habla de daño «irreversible»?

Cualquier procedimiento médico innecesario constituye un daño irreversible. No obstante, yo no creo que toda transición médica sea perjudicial; de hecho, he entrevistado a muchos adultos transexuales que atestiguan haber sido ayudados por su transición. Pero muchas de estas adolescentes atrapadas en este contagio social, animadas a tomar hormonas y a someterse a una cirugía con poca supervisión médica, han sufrido un daño permanente en sus cuerpos del que probablemente se arrepientan. Es este daño irreversible el que yo denuncio.

Desde que se publicó su libro, algunos activistas han intentado silenciarla. Un profesor de Berkeley incluso animó a «quemar» su libro. ¿Cómo explica el hecho de que la libertad de expresión sea tan difícil en este tema?

La libertad de expresión es difícil porque un pequeño número de activistas radicales utilizan las redes para atacar y humillar a los disidentes. Persiguen a cualquiera que exprese su escepticismo sobre la posibilidad de una transición médica para todo el mundo, a demanda, sin ninguna supervisión adecuada, pero hacen lo mismo con otros asuntos.

La novelista J. K. Rowling, creadora de Harry Potter, ha sido fuertemente criticada por decir que los hombres y las mujeres son diferentes. ¿Qué opina de esta controversia y del hecho de que ya no podemos definir lo que es una mujer?

No creí que pudiera admirar a J.K. Rowling más de lo que ya lo hacía. Me equivoqué. No sólo es una de las pocas autoras vivas cuyas obras seguramente seguiremos leyendo dentro de cien años, sino que también es una mujer de grandes principios y decencia que ha levantado la voz cuando ha sido necesario en nombre de las mujeres y las niñas.

El hecho de que la gente sea arrastrada por el barro por dar una definición sensata de «mujer» tiene consecuencias terribles, como ocurre con todas las mentiras. Tomemos como ejemplo las cárceles de mujeres: ahora los hombres biológicos violentos tienen acceso a ellas a condición de que se identifiquen como mujeres. En California, donde vivo, permitimos eso.

Esta es una grave violación de los derechos humanos de las mujeres detenidas y espero que sea impugnada en nuestros tribunales. Si forzar a las prisioneras a vivir en cuartos confinados con hombres biológicos no es un castigo «cruel e inusual», yo no sé qué lo es.

 

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3 Comentarios. Dejar nuevo

  • Jose González
    21 diciembre, 2020 21:32

    Creo que nuestra sociedad no ha sabido transmitir a las mujeres y a las niñas el valor de serlo. Quizás esa idea de la igualdad con el hombre pueda entenderse como que la mujer es prescindible y es mejor que se transforme en hombre.
    Hay que transmitir a las niñas que no hay nada mejor en el mundo que ser mujer, para que autoafirme su personalidad femenina y su feminidad, que no feminismo.
    Movimientos como el feminismo no están haciendo ningún favor a que la mujer encuentre su propia dignidad en el papel social diferente del del hombre.
    La mujer puede hacer cada vez más cosas de las que antes hacía el hombre, y puede hacer una cosa que el hombre no podrá hace, traer criaturas al mundo y perpetuar la especie.
    La verdad es que ni los maridos ni el Estado ha valorado el papel de las mujeres dándoles una cosa elemental, un salario por su trabajo, que le permita disponer de una independencia económica imprescindible y sobre todo entender que su trabajo y su dedicación domésticos tienen un valor. Porque «lo que nada cuesta, nada vale».

    Responder
  • Javier Plaza
    4 enero, 2021 17:25

    Homoxesualidad, transexualidad, etc… con calzador lo meten. Son movimientos falsos y lavadores de cerebros. Los que piden quemar el libro de la señora entrevistada trabajan para saber quien. Malas personas. Y lo peor de todo, poco a poco ganan la partida

    Responder
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