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11 críticas a la ideología de género

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    1. La Ideología de Género es una ideología que, como otras, quiere el poder, pero, en su caso, como sucede con toda concepción totalitaria, lo quiere total, hegemónico e incuestionable y en todos los órdenes, el político, pero también el cultural y moral, social y económico. La ideología de género no puede ser criticada, ni puesta en duda. Como decía públicamente una de sus defensoras, ¿acaso el negacionismo de los campos de exterminio nazi, tendría espacio en los periódicos?, pues lo mismo se debe decir de quienes critican la ideología de género. Su fin es transformar las instituciones, incluidas las leyes, para hacer efectivo su poder. Un ejemplo de ello puede encontrase en Los Principios de Yogyakarta, principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación a la orientación sexual y la identidad de género, un intento de reescribir la Declaración Universal de Derechos Humanos. La ideología de género incurre en la tentación totalitaria, y esto resulta extremadamente grave.
    2. Es particularmente grave porque ya es la ideología hegemónica en España, en otros países europeos y en Canadá. Es decisiva en los planteamientos políticos de los partidos liberales, socialdemócratas y postmarxistas. Está penetrando profundamente en países de América Latina, aunque su incidencia sea todavía menor que en Europa. Controla instancias burocráticas de Naciones Unidas y de la Comisión Europea, que funcionan en nombre de la institución sin que en realidad represente sus puntos de vista. Instancias sin representatividad democrática pugnan por imponer acuerdos a gobiernos democráticamente elegidos. Es una confusión más sobre la que avanza la ideología de género.
    3. Porque ella vive de la confusión a partir de la colonización del lenguaje. Para algunos, el concepto de género es una forma más fácil, incluso breve, de sustituir la palabra hombre y mujer. Así sucede por ejemplo con tablas que presentan resultados estadísticos o cuando introducen el concepto, que va generalizándose en las empresas, de igualdad de género como sustituto de igualdad entre hombres y mujeres. Hay que decir rotundamente que no es lo mismo, que no es su equivalente, y que aceptarlo equivale a propagar el frame, el marco de referencia de una ideología para la cual no existen hombre y mujeres tal y como los entendemos.
    4. La Ideología de género se presenta como el marco donde se realiza un determinado feminismo. Hay que deshacer la confusión porque para esta ideología la mujer real, con sus características y condiciones objetivas concretas, no existe. Solo le interesa la mujer como: Instrumento de lucha contra el patriarcado, como le interesaba la clase trabajadora al partido comunista para su lucha de clases contra la burguesía. Y solo en la medida en que se ajusta a su teoría. Esta es la razón por la que dos de las condiciones más mayoritarias y específicas de la mujer, la maternidad y la viudedad (debido a su mayor esperanza de vida) sus necesidades, situaciones de injusticia y carencias, no le interesan en absoluto. Pero sí la paridad en listas electorales -poder- y en los consejos de administración -dinero y poder.
    5. A la Ideología de género no le interesa la igualdad real, porque instrumentaliza la realidad para que se ajuste a su teoría. Y su teoría dice que vivimos en una sociedad patriarcal dominada por los machos heterosexuales, basada en la explotación de la mujer y otros géneros: homosexuales, bisexuales, transgénero, intergénero, etc. Para ello aduce desigualdades reales que sufre la mujer, pero no todas. La discriminación laboral de la embarazada no le interesa, por ejemplo, con otras que no son tales y solo expresan una parte de la cuestión. Así, las titulaciones con pocas mujeres, como las ingenierías, son un ejemplo de desigualdad, pero aquellas otras donde la presencia femenina es muy mayoritaria, derecho, ciencias de la salud, farmacia, lo consideran un dato normal. La ideología de género llega a contabilizar los minutos de discurso que tienen las mujeres, en un film, en relación a los hombres para aducir discriminación. A ese tipo de análisis se les denomina estudios de género. Pero al mismo tiempo ignora aspectos tan decisivos como la esperanza de vida y la educación, porque hay muchas más graduadas menores de 35 años que graduados, más ni-ni masculinos que femeninos, muchos más suicidios, repetidores, abandono y fracaso escolar entre los chicos que entre ellas, y menos años de vida, también
    6. A la Ideología de género no le interesa la igualdad real porque desvía la atención de las causas objetivas de la desigualdad, las económicas, derivadas del modo de producción y las relaciones que determina, así como la desigualdad de oportunidades que se genera. De hecho, existe una relación -no necesariamente causal, pero si evidente- entre el aumento de la desigualdad y crecimiento político de la ideología de género, y se da, también, un apoyo extraordinario de las grandes empresas a este proyecto político. El paradigma fue el Ministerio de Igualdad de Zapatero. Un gobierno socialdemócrata que creó un ministerio para la igualdad sin ninguna función económica, centrado solo en el conflicto entre la “clase mujer”, homosexuales, bisexuales, etc. contra la “clase macho heterosexual”.
    7.  Las administraciones públicas y las empresas utilizan el concepto de igualdad de género como equivalente sustitutivo de “igualdad entre hombre y mujer”, pero, al asumir este lenguaje están incorporando una carga ideológica política extraordinaria. Están permitiendo que el lenguaje y, por tanto, las ideas, sean colonizadas por una ideología extraña. Porque el concepto de género, fuera de su uso gramatical, que es algo preciso, exacto y de enorme diversidad según el tronco lingüístico que se considere, incorpora una nueva visión de la sociedad y del ser humano, al igual que han hecho otras ideologías que aspiran a la totalidad.
    8. Su significado fue bien resumido, ya en 1995, por la exdiputada del Congreso de los Estados Unidos, Bella Abzug en la Conferencia de Pekín, al afirmar que el término género se ha diferenciado de la palabra ‘sexo’ para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio. En esta ideología no existen el hombre y la mujer como consecuencia de su naturaleza biológica. Solo cuenta la construcción cultural, que da lugar a sujetos cambiantes a su voluntad. Es el imperio de la subjetividad, de la desvinculación. Una persona cuya biología la categoriza como mujer, puede tener una identidad de género masculina y sentirse atraída erótica y afectivamente por hombres. Y a la inversa, y todas las variaciones que se quieran, que además pueden modificarse a voluntad a lo largo de la vida. Todo ello da lugar a una gran fragmentación. La unidad del ser humano en su especificad de hombre y mujer se ha transformado en multitud de identidades que exigen su reconocimiento político, y la existencia de derechos y prerrogativas específicas junto con los heterosexuales: lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual, que pueden llegar a 31 según la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad de Nueva York, o incluso a 58 como ofrece Facebook. ¿Confuso? Esto es la ideología de género. Por eso, la maternidad y la familia no tienen lugar en esa sociedad de roles inciertos, movidos solo por la pulsión del deseo sexual y la destrucción del papel de la mujer y el hombre.
    9. La Ideología de género es una ideología política que destruye el concepto objetivo de naturaleza humana, su fundamento material objetivo, su delimitación biológica, negando la realidad y sustituyéndola por la pulsión subjetiva del deseo sexual elevado a categoría política. Niega toda verdad a otras concepciones, a las cuales persigue por medio de la censura, la represión, la descalificación personal y mediática. Promueve el camuflaje de las causas económicas de la desigualdad, y al corroer el significado de ser humano, prepara las mentalidades para el Posthumanismo.
    10. La Ideología de género es la exacerbación del yo desvinculado, porque destruye la relación fundamental de alteridad mujer-hombre, base de toda la civilidad y civilización humana, sitúa la maternidad en un papel marginal y afirma que es posible prescindir de nuestra condición biológica. Y esta es la preparación del Posthumanismo
    11. La Ideología de género significa la destrucción de nuestra civilización. Una sociedad justa y su economía no pueden sobrevivir a esta confusión, desorden, arbitrariedad y persecución del hombre, porque destruyen los fundamentos de la naturaleza, su comprensión antropológica, su manifestación cultural y, con ello, las instituciones sociales que, como la familia, son necesarias para nuestra vida común.

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6 Comentarios. Dejar nuevo

  • […] La Perspectiva de Género es una ideología que, como otras, quiere el poder, pero, en su caso, como sucede con toda concepción totalitaria, lo quiere total, hegemónico e incuestionable y en todos los órdenes, el político, pero también el cultural y moral, social y económico. La perspectiva de género no puede ser criticada, ni puesta en duda. Como decía públicamente una de sus defensoras, ¿acaso el negacionismo de los campos de exterminio nazi, tendría espacio en los periódicos?, pues lo mismo se debe decir de quienes critican la perspectiva de género.   Seguir leyendo … […]

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  • Estoy totalmente de acuerdo con lo que se ha escrito en este artículo, pero es que ademas a las jóvenes las están engañando con falsos criterios.
    Hace unos días tuve una discusión por este tema con mi hija, estudiante brillante de Publicidad y relaciones públicas. Ella argumentaba que no había igualdad, porque los hombres eran unos machistas, porque cobraban mas que las mujeres etc.
    Contestaciones. Mentira el feminismo, ya no tiene razón de ser en esta sociedad, luchar por los derechos de la mujer es una tontería que derechos…. porque antes solo los padres tenían derechos sobre sus mujeres e hijos, la madre no era nadie, no tenía acceso al dinero, ahora la mayoría de las mujeres son las que llevan las cuentas en la casa, antiguamente la mujer no podía votar, ahora eso es impensable, y un sin fin de cosas mas que sabemos todos y no vamos a recordar.

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  • Desde años el hombre ha abusado de su condición hacia la mujer, así como la mujer ha hecho lo mismo abusando de sus habilidades natas: ¿acaso no usa su encanto o chantaje para obtener algo por encima de la razón o lo justo?. Aquí no tomo una postura porque hombre y mujer deben valorarse por ser seres humanos, por ese simple hecho, pero anular sus características propias e igualarlas, es provocar que la mujer haga también las tonterías del hombre.
    por otro lado, que la gente tome, a libre decisión, tener una orientación distinta a la biológica, -«está bien y que se respete»- pero aun operándose y cambiando sus genitales, cada célula y cromosoma determinará su género biológico y qué, -¿acaso las leyes demandarán a la naturaleza por semejante discriminación por diferenciar dos personas que la requiere para preservar la especie?-. La libertad de pensamiento del heterosexual está, indirectamente censurada y pisoteada, camuflada de «generar violencia y discriminación» por no aceptar algo que uno, por su libre voluntad, no desea.
    Los gobiernos toman papeles que no les corresponden y sospecho que es el interés a nivel mundial de reducir a la población destruyendo familia y desacreditando la sexualidad mostrada a eterosexuales en las calles, en la televisón en los anuncios y sólo aceptar y aplaudir la de otras preferencia sexuales (a nivel social).

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  • Un artículo nada convincente, da vueltas sobre algo que no se anima a decir. Qué es lo que está mal concretamente? Teorías sobran, usar los «hechos» podemos hacerlo todos, porque hay multiplicidad de hechos, situaciones que existen y no por eso, dan pie a afirmar una determinada posición moral. Creo que si la intención es «proteger» a la humanidad, tienen la mira muy desviada. A la «humanidad» se la están tragando las grandes potencias en la lucha por el poder militar y económico, junto al desinterés que muestra la sociedad entera por situaciones que verdaderamente atentan contra la vida en sociedad: injusticia social, pobreza, corrupción, narcotráfico, abuso de poder.
    La lucha de los grupos que favorecen la perspectiva de género no niega la existencia de la familia (aunque yo personalmente, pondría en duda sus aptitudes como concepto genérico, siendo que el 80% del abuso infantil sucede dentro de familia), en cambio la lucha de los grupos que critican la perspectiva de género sí pretenden la negación de una realidad, que es posible que una persona se indentifique con un género distinto al sexo biológico. Entonces, de repente se me ocurre que quienes no toleran la realidad, no son los grupos LGBTI, sino los que se enmarcan dentro del concepto de císgéneros protectores de la familia.
    Por otro lado, aferrándome ya a una índole legal en la que necesariamente todos debemos encontrarnos en algún momento, qué incompatibilidad puede generar una persona transgénero? Acaso hay motivos para que una mujer o un hombre goce de diferencias legales respecto del otro sexo? Los procesos biológicos que atraviese cara persona en particular, en todo caso, podrían ser contemplados como tales, como el embarazo y la ayuda del cónyuge o conviviente a la embarazada (vemos, que seguimos pensando en términos de vínculos sociales asimilables a la famosa familia), pero, más allá de eso qué? Realmente les importa mantener la familia y preservar la sociedad, o sólo quieren imponer que no hay otro modo que no sea el dictado por la tradición de la unión heterosexual y dentro de la familia occidental? Las madres solteras están negando también la realidad y finalmente, la humanidad?

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  • Alfredo Azuara
    19 febrero, 2019 20:46

    La dictadura del relativismo.

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  • Si la perspectiva de género promueve la igualdad, resulta extraño que se deseche, laboralmente ,a personas capacitadas «cisgénero», y se opta por personas «transgénero», o del «colectivo» LGBTQI (y no se cuántas letras más), o por el solo hecho de ser mujer, antes que a un hombre. No importa si estas personas son idóneas o no. Pero el no elegirlas, es automáticamente un caso de «fascismo patriarcal machista homofóbico y retrógrado», y quién rechace a esa persona (mujer, transgénero o LGBT+) en aras de un hombre será víctima de toda clase de oprobios y censura pública… Esta perspectiva, en algunos de nosotros (soy hombre cisgénero heterosexual), causa miedo, puesto que se nos endilgan todos los males del universo, por el sólo hecho de ser hombres; mientras que las mujeres, personas transgénero y del colectivo LGBT+, por el solo hecho de serlas son «buenas y nobles». Entiendo que existen razones para poner ciertos límites a estas políticas. Ahora tenemos discriminación a la inversa, el discriminado es el hombre heterosexual y es sospechoso y culpable » a priori»…

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