El mito de la violencia religiosa consiste en creer que la ‘religión’ es un fenómeno endémico de todas las culturas y épocas de la humanidad, separable de otros ámbitos de la actividad del hombre que, como la política o la economía, son calificados de ‘seculares’. Que es, además, particularmente proclive al absolutismo, la disgregación y la irracionalidad, y por consiguiente a la violencia.
Cavanaugh demuestra en esta obra, argumentando a partir de fuentes históricas, teológicas y jurídicas, que la ‘religión’ no es una realidad transcultural y transhistórica ni se puede separar de las demás esferas de la actividad del hombre, y que la oposición ‘religiosa-secular’ es una invención de la modernidad occidental que se ha ganado un sitio fundamental en el folclore de nuestras sociedades por su utilidad para marginar al ‘otro religioso’ y para legitimar la violencia de los estados modernos, que siempre sería democrática, unificadora y racional. La discriminación entre lo religioso y lo político, nos muestra Cavanaugh en este libro, es un arma política de primera magnitud en manos del estado moderno.
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560 páginas