La destitución de la Presidenta se ha consumado en Brasil. Era una muerte política anunciada. El Senado brasileño destituyó a la presidenta, Dilma Rousseff, por 61 votos a favor y 20 en contra, en una decisión que también confirmó como presidente a Michel Temer. Dilma se “condenó” al aumentar el gasto público en plena campaña para su reelección, en 2014, eso sin la necesaria autorización del Congreso. Posiblemente ahora haya problemas en Brasil, pero ha quedado claro que no todo vale, tampoco para los populistas, y que estos también pueden y deben ser castigados
