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Cuando el Partido Popular de la mano de Mariano Rajoy empiece a gobernar, su escenario será poco menos que dantesco. Los expertos de FUNCAS prevén un paro del 22,2% para el 2012, si bien hay que decir que de acuerdo con Eurostat esta tasa de desempleo ya se ha superado, dado que este organismo estadístico de
Estas son las cinco medidas que considero que pueden aplicarse en este sentido:
Una.- La primera va dirigida a un plan de mayor eficacia y racionalidad de los recursos públicos, introduciendo la planificación indicativa. La ola liberal que desde los años ochenta ha llenado los gobiernos y las mentes de muchas personas ha hecho olvidar que la planificación indicativa es un instrumento que permite utilizar mejor los recursos, y no sólo eso sino que, para su mayor claridad en los objetivos y la forma de lograrlo, hace posible una mayor participación de la sociedad civil. El plan Brasil, aplicado al desarrollo de este país, al margen de las actuaciones del propio gobierno, ha tenido un efecto beneficioso al generar estados de opinión entre los sectores más emprendedores en la línea de quedar convencidos de que, efectivamente, Brasil podía hacer el salto y de esta manera incentivar las iniciativas de desarrollo. Es un absurdo que toda gran empresa tenga necesariamente un plan, pero no que lo haga
Dos.- Reducir de forma sustancial el coste de
Tres.- El empréstito solidario de acuerdo con los ingresos reales. Se trata de que cada persona preste de una manera proporcional a sus ingresos reales, por lo tanto no guiándose sólo por el IRPF, y aporte una determinada cantidad al Estado, que le sería devuelta al cabo de dos años con el interés que compensara la inflación más una pequeña compensación de un cuarto o de medio punto de interés. Sería una forma obligada de que una minúscula parte del ahorro pasara a manos del Estado, lo remunerara, lo devolviera, pero que, al mismo tiempo, lograra con este dinero aligerar el coste del endeudamiento de una manera muy sustancial. Actualmente el ahorro está situado en una cifra importante, del orden del 13%, mucho más que antes de la crisis, pero menos que en 2010. La vía del empréstito, perfectamente conocida por la ortodoxia económica, tiene sentido en casos extraordinarios de emergencia. Pero, precisamente, es uno de esos casos lo que estamos viviendo.
Cuatro.- Reducir el coste de las Administraciones Públicas afectando lo mínimo a la prestación finalista del servicio, a base de situar el foco en los costes de gestión internos de la propia Administración. Esta medida debería verse complementada por otras dos en la misma línea. Aplicar el principio de subsidiariedad transfiriendo servicios a la iniciativa social, garantizando su calidad y buscando un menor coste. Esto es posible en todos aquellos casos en que los costes de intermediación de la iniciativa social son menores que los de
Cinco.- Articular el ahorro privado, que es importante, para que pueda acudir a las empresas que se encuentran en situación de viabilidad, pero que ven estranguladas sus posibilidades de solicitar crédito por la situación de los bancos. Esta función es la clásica y primordial del sistema financiero, pero hoy los bancos, debido a sus dificultades internas, son incapaces de llevarla a cabo y constituyen parte del problema y no la solución. Las Administraciones Públicas deben ser capaces de establecer mecanismos que, temporalmente, ejerzan esta actividad de conectar el ahorro con el crédito, con carácter de suplencia y de complementariedad.
Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians y miembro del Consejo Pontificio para los Laicos