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‘La Pasión de Cristo’, transformada en sinfonía para coro y orquesta

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La banda sonora de la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, se ha convertido en una sinfonía para coro y orquesta después de que su creador, el compositor John Debney, ampliara la partitura original y realizara los ajustes necesarios para poder presentarla ante un gran auditorio.

 

El pasado 6 de julio, el Auditórium de Roma pudo deleitarse con la obra completa interpretada por la orquesta y coro de Santa Cecilia, con más de 150 músicos, más las voces, en un preestreno mundial con la participación de Lisbeth Scott –la voz de María- y Pedro Estache como solistas. Como fondo de la interpretación se proyectaron representaciones de la Pasión elegidas entre la historia del arte de todos los tiempos: de Giotto a Tintoretto, de Fray Angelico a Mantegna. Entre el público asistente se encontraba el arzobispo John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

 

Una obra ‘redonda’

 

La sinfonía para coro y orquesta de La Pasión de Cristo compuesta por John Debney es, sin duda, su obra más ‘redonda’. De hecho, desde el inicio, la banda sonora de la película, con algunas reminiscencias en los inicios de aquella otra compuesta por Peter Gabriel -ex integrante del grupo Génesis- para La última tentación de Cristo, dirigida por Martín Scorsese, te sumerge en una atmósfera mágica y de una profundidad sobrecogedora. Sensaciones que se enriquecen con nuevos matices conforme se vuelve a escuchar la música del filme en sucesivas audiciones.

 

A veces inquietante, a veces solemne; otras emotiva y visceral, la obra de Debney representada en la ‘ciudad eterna’ aprovecha las variaciones rítmicas de la percusión y las posibilidades de las masas corales para provocar intensas emociones en el oyente.

 

La opinión del creador

 

En una entrevista publicada este domingo, 10 de julio, por la agencia ZENIT, Debney, californiano de 39 años y autor de las partituras que acompañan a películas como Superman, de John Williams, o Spiderman 2, desgrana sus opiniones sobre La Pasión de Cristo y el camino que recorrió hasta culminar esta composición.

 

Por lo que respecta a la obra, el compositor aclara que “se compone de un prólogo ambientado en el Huerto de Getsemaní”, y que continúa con “siete movimientos que contienen dos Estaciones cada uno, o sea, un total de siete movimientos representando las 14 Estaciones”.

 

“Tras los siete movimientos hay un epílogo con la Resurrección, que obviamente no forma parte de las tradicionales Estaciones. De esta manera quise escribir una obra que abarcara verdaderamente toda la historia que está detrás de la Pasión de Cristo”, dice el autor.

 

El mensaje de Cristo

 

Debney cree que La Pasión de Cristo es una obra cristiana que “subraya el mensaje de bondad y sacrificio de sí mismo de Cristo. Esta es una idea global que subyace en la sinfonía”. “Deseaba también hablar de las demás ideas principales que están detrás de cada Estación (de la Cruz), de ideas universales como el amor, la misericordia, la fe, el sacrificio y la caridad”, destaca el compositor californiano.

 

En la película, que “tiene la capacidad de hablar a quienes son de fe cristiana y también a quienes pueden estar simplemente interesados en ver una historia de la Escritura”, dice Debney, se utilizaron instrumentos de todo el mundo, algo que también hizo el autor. “Decidí utilizar algunos maravillosos instrumentos procedentes de todo el mundo, como el duduk, un antiguo instrumento armenio que utilicé mucho para la película”, añade el compositor.

 

“Creo que lo que las influencias étnicas y multiculturales hacen es transportar al oyente en este mundo de dos mil años atrás. Mel solía decir: ‘Quiero que logréis saborear el polvo en vuestra boca, que saboreéis Jerusalén y todo los distintos ambientes y las calles de hace dos mil años’ asegura Debney, quien añade: “Creo de verdad que el oyente será capaz de hacer un viaje hacia atrás percibiendo el sonido de luto del duduk o de una flauta naj o de un solista. Algunos instrumentos representan personajes, como por ejemplo el erhu chino para Satanás o el mal”

 

"Un don del Cielo"

 

Debney agrega en la entrevista: “Para mí, hacer esta película fue verdaderamente un don del Cielo, puesto que soy católico desde que nací. Así que por alguna razón siento también que componer la sinfonía fue otro gran don. Lo considero como un personal acto de fe… Traté la composición de la sinfonía y de la partidura de la película en esta perspectiva de fe. Es algo muy personal. Espero que la gente se conmueva profundamente al oírla. Espero que piensen en la posibilidad de Dios… que puedan reflexionar sobre el hecho de que existe algo más allá de este mundo físico”.

 

Sobre la principal fuente de inspiración en la composición de la obra y de la posterior sinfonía, Debney asegura lo siguiente: “Debo admitir que mi estudio lo dejé en manos de Dios. No hice más que dejarme conducir por el Espíritu… La experiencia única en esta película no es la música, sino el espíritu que está detrás. Creo que está verdaderamente Dios detrás de todo ello y en el hecho de que haya logrado escribir alguna buena nota. El estudio fue reemplazado por la oración interior, así como por la esperanza y la confianza en que las cosas irían por la dirección justa… La impronta de Dios está en todo esto, en mi modesta opinión”.

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