Mientras que en otros países europeos el Estado financia a sus iglesias, la última ofensiva laicista del PSOE ha puesto su objetivo en señalar a la Iglesia como ente privilegiado que, en plena crisis, no paga impuestos, no es necesario decir que entre los que no pagan está el propio partido y sus sindicatos y ONGs afines. Pues bien, para darle el mayor eco posible reclamará en todos los ayuntamientos que la Iglesia pague el IBI. Olvidan que en España son los católicos quienes, con su marca en la declaración de la Renta, sostienen en su mayor parte a una Iglesia cuya acción social y solidaria, en España y en el mundo, no habría Gobierno alguno capaz de realizar.