El prefecto de la Secretaría para las Comunicaciones del Vaticano, monseñor Dario Edoardo Viganò, renunció este miércoles tras ser acusado por la prensa de haber manipulado una carta de Benedicto XVI sobre el Papa Francisco, en un escándalo que fue denominado «lettera-gate».
La controversia estalló la semana pasada tras la divulgación parcial de una carta de Benedicto XVI en la que rehúsa escribir un prólogo para una serie de libretos teológicos y didácticos de Francisco publicados por el Vaticano con ocasión del quinto aniversario de su pontificado.
Los primeros párrafos de la carta, en la que Benedicto XVI defiende la formación teológica del Papa argentino, y fue divulgada hace cuatro días por el Vaticano a través de una foto digital. En su presentación con motivo del quinto aniversario de Francisco , Vigano destacó la carta de Benedicto XVI como señal de la continuidad entre los dos Papas, ante críticos que argumentan que el papado “misericordioso” de Francisco representa un rompimiento teológico con el pontífice anterior.
Sin embargo, medios de comunicación muy críticos con el Papa Francisco observaron que varios párrafos habían sido omitidos, entre ellos uno en el que el pontífice emérito se niega por razones de «salud» y de «tiempo» a escribir un prólogo.
Pocos días después se conoció otro párrafo importante, en el que Benedicto XVI explica que no acepta escribir la presentación debido a que entre los autores de los once opúsculos figuran dos teólogos alemanes, en particular Peter Hünermann, quien ha sido crítico implacable tanto de Juan Pablo II como del mismo Joseph Ratzinger como teólogo y como Papa.
La omisión de algunos párrafos fue reconocida por la oficina de prensa del Vaticano, que lo justificó como un gesto de «discreción y no de censura».
Pese a ello se desató un enfrentamiento público entre los conservadores que defienden las posiciones doctrinales de Benedicto XVI y los simpatizantes de Francisco y sus aperturas.
El Papa aceptó la renuncia de Viganó, aunque con pesar. Escribió en una carta que «después de haber reflexionado y ponderado con atención los motivos que indica (…) respeto su decisión y acepto con cierta dificultad su renuncia».
En la carta de renuncia enviada al Papa Francisco, Viganó admite que «ha habido muchas controversias sobre mi trabajo que, más allá de las intenciones, desestabiliza el complejo y gran trabajo de reforma» de los medios vaticanos.
Por ello, le pide al Papa que le permita «dar un paso atrás», pues su presencia «podría retrasar, dañar o incluso detener» las reformas en la comunicación vaticana.
La Secretaría para la Comunicación quedará a cargo por ahora del argentino Lucio Adrián Ruiz. Quien podría suceder a Viganó en el cargo, según la agencia Télam, es el obispo irlandés Paul Tighe, ex asesor comunicacional del Vaticano y «cerebro» de la llegada a Twitter de Benedicto XVI en 2012 a través de la cuenta @pontifex, continuada por Bergoglio.
Se va de este cargo pero sigue allí aunque sea muy grave lo que ha hecho.
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