Hace unos años el panorama literario francés se vio conmocionado por la aparición de un autor novel, Michel Houellebecq, que con sus obras diseccionaba a la generación de los que fueron jóvenes en 1968. El resultado era devastador, la disección cruel y el tono sarcástico no podía ocultar el nihilismo desesperanzado que recubre toda la obra. Han pasado los años y es ahora aquí, en España, donde Ignacio Vidal-Folch plantea una catarsis similar a la que el escritor galo inició hace una década.
Turistas del ideal es el primer título de lo que se anuncia como una trilogía que pretende hacer un retrato, desbordante de ironía, de la sociedad española actual. Los retratados en esta primera entrega son lo que podemos colocar bajo el epíteto de “progres”, revolucionarios de salón y bien alimentados, un colectivo que, hay que reconocerlo, da mucho de sí para una pluma medianamente afilada. Y la de Vidal-Folch lo es.
Podemos dividir la novela en tres bloques. Primero nos presenta a Vigil, su entorno barcelonés y sus contactos con el Capitán, fiel imagen del subcomandante Marcos (porque aunque el autor insiste en que los personajes son ficticios y no tienen ninguna relación con personajes reales, los paralelismos son tan evidentes que uno no puede evitar pensar en Vázquez Montalbán, en Saramago, en Sabina, en Mendiluce, en…). Son los momentos más brillantes de la obra, una sucesión de situaciones desternillantes que se leen de corrido y saben a poco.
Si antes hemos citado a Houellebecq, cerraremos ahora con dos referencias anglosajonas: si usted ha disfrutado con el Evelyn Waugh de ¡Noticia bomba! o con el John Kennedy Toole de La conjura de los necios, Turistas del ideal merece su atención. Y si no soporta la doble moral “progre”, no deje pasar esta ocasión de poner las cosas en su sitio; Vidal-Folch, porque les conoce bien, los disecciona mejor. Eso sí, su crueldad no es como la del escritor francés, y en vez de seres odiosos retrata pobres diablos en el fondo merecedores de lástima. Lo que, bien visto, se acerca bastante a la realidad.
Turistas del ideal
Ignacio Vidal-Folch.
Destino.
292 págs.
18 euros