Al mismo tiempo que reclutaban donaciones de grandes corporaciones y líderes políticos extranjeros para la Fundación Clinton, los colaboradores de Bill Clinton también contrataban con esos mismos donantes discursos y otros servicios del expresidente siempre muy bien pagados que reportaron hasta 50 millones de dólares a la familia.
Eso es lo que se afirma en un nuevo memorándum de Wikileaks a partir de los e-mails pirateados que divulga la organización que fundó Julian Assange. Los documentos difundidos señalan que Douglas Band, un colaborador principal de Bill Clinton, presionó a empresas como Dow Chemical y Coca-Cola para que, además de las donaciones a la fundación, proporcionaran ingresos al expresidente en forma de contratos de consultoría, discursos o pagos en especie, como viajes o vacaciones familiares.
Band, que fue asistente personal del presidente Clinton en la Casa Blanca, admitió que, además de colaborar con la fundación, también “ayudé al presidente a participar en actividades con fines de lucro”. Hillary Clinton no hizo comentarios y sus portavoces insisten en que todo es un montaje de Moscú.