fbpx

Judaísmo (19): profetas Habacuc, Sofonías y Hageo

COMPARTIR EN REDES

Habacuc: La respuesta de Dios a la queja de un profeta

Como ocurre con tantos otros autores bíblicos, del profeta Habacuc sólo sabemos el nombre con el que encabeza su escrito. A propósito de su autor, sólo podemos decir que en los fragmentos griegos de Daniel (Dngr 14,33-39) le es asignado un papel en la escena de la fosa de los leones.

Se hace difícil señalar la época exacta de composición del libro. Probablemente hay que situar la obra poco antes de la caída de Nínive, en el año 612 aC, o bien entre el 605 y el 597, año del primer asedio de Jerusalén. De esta forma, Habacuc habría vivido poco tiempo después de Nahum y sería contemporáneo de Jeremías.

El libro de Habacuc comienza, después del título (1,1), con un clamor que el profeta dirige al Señor (1,2-4) al estilo de los salmos de súplica. A continuación hay una respuesta del Señor (1,5-11), inesperada y sorprendente: aunque parezca increíble, es él quien ha hecho venir a los caldeos para que invadan y devasten el país. Sin embargo, el Señor afirma que el invasor ha ido más allá de las atribuciones que él mismo le había concedido.

El profeta replica (1,12-17) con osadía: ¿Cómo puede ser que Dios haya escogido a unos paganos, a unos impíos, para castigar a su pueblo? ¿No se da cuenta de que los caldeos son mucho peores que el pueblo santo? ¿No ve que cada vez se sienten más valientes y que, al fin y al cabo, atribuyen su prepotencia a los ídolos?

Después de un versículo de transición (2,1), en el que el profeta permanece esperando, como un centinela y con cierto temor, llega la segunda respuesta del Señor (2,2-19). El Señor comunicará un mensaje importante, y por eso es necesario grabarlo sobre unas tablillas: el fin de los caldeos se acerca porque se han amparado en el propio orgullo. Sin embargo, Israel sólo podrá mantenerse si conserva la fidelidad a Dios. Y como muestra de lo que va a ocurrir, proclama cinco amenazas.

Otro versículo de transición (2,20) cierra la segunda respuesta del Señor y prepara la oración final del profeta (c. 3). Esta oración de Habacuc comienza con un canto a la intervención omnipotente de Dios, que cumple su promesa, y termina con un canto de esperanza en el Dios salvador.

El mensaje del libro de Habacuc hace referencia a la relación entre Dios y su pueblo, en el contexto de las circunstancias nacionales e internacionales que se viven en ese momento. El profeta no entiende cómo Dios actúa. Pero no se queda en la lamentación, el desengaño y la desesperación: Habacuc se atreve a interrogar al mismo Señor. En el fondo, pues, el texto plantea el problema de la destrucción querida por Dios mismo y, al mismo tiempo, incide en la cuestión del imperialismo opresor.

La respuesta que deja entrever al profeta se centra en el término fidelidad (2,4), fundamento y justificación de la vida del creyente y, por otra parte, término que define la forma de ser de Dios, a pesar de las apariencias contrarias.

En los períodos difíciles, esta pequeña obra maestra ha servido para reencontrar una visión creyente de la historia. Ya en una lectura cristiana: los primeros cristianos también fueron a sacar de ahí sabiduría para definir la situación del creyente en relación con el Dios de Jesucristo. El hecho de que Rm 1,17; Ga 3,11 y He 10,38 citen Ha 2,4 muestra que la Iglesia apostólica encontró en la fidelidad un término preciso para expresar lo que es la fe. Semejantemente, los Padres de la Iglesia también citan a menudo este versículo de Habacuc, y Lutero lo puso como encabezamiento de su comentario en la carta a los Romanos.

Y, por último, una coincidencia personal. El día del atentado terrorista del 11-S , después de ver las imágenes «apocalípticas», recé la Liturgia de las Horas, y cuál fue mi sorpresa ante la primera lectura de aquel día (del profeta Habacuc), que me recordaba el ataque de los aviones ante un imperio que parecía inexpugnable:

«¿hasta cuándo, ¡oh Yahvé!… Mirad a las naciones y ved, y quedaréis sobrecogidos y estupefactos, pues está para cumplirse en vuestros días una obra que, si os la contaran, no la creeríais… pueblo feroz y arrebatado, que marchará por las anchuras de la tierra… es espantoso y terrible;… sus caballos son más ligeros que el tigre, más voraces que lobos nocturnos. Sus jinetes avanzan con insolencia, sus caballeros vienen de lejos, volando como el águila que se precipita para devorar. Todos llegan para entregarse a la violencia… se burla de los reyes, se mofa de los príncipes, se ríe de todas las plazas fuertes… es un criminal que hace de su fuerza su dios…»

Pensé que las palabras bíblicas se adecúan a los contextos diversos, y expresan muy bien la situación en la que sentimos en muchos momentos, en aquel caso la vulnerabilidad, que no estamos seguros, que no podemos controlar todas las posibilidades, y esas torres que pensábamos inexpugnables, se han demostrado débiles como de papel. Pienso que todo ello para elevarnos a una confianza más sólida, basada en la esperanza que Dios pone en nuestro corazón.

Sofonías: El «Resto» fiel de los «pobres del Señor»

Sofonías presenta a Dios como el Señor absoluto de su pueblo y el dueño de la historia. Israel se ha apartado de Él, y el profeta advierte que el momento del castigo está cerca. El «Día del Señor», tema recurrente en la tradición profética (Amós, Isaías, Ezequiel, Abdías, Joel y Malaquías), es descrito por Sofonías con imágenes de juicio que trascienden a Israel y a las naciones vecinas, adquiriendo una dimensión cósmica. Su descripción influyó en el libro de Joel y dejó huella en la liturgia cristiana, especialmente en el célebre Dies Irae.

Sin embargo, en medio de este anuncio de destrucción, Sofonías introduce un rayo de esperanza: el «resto fiel». Este grupo, compuesto por los humildes y sencillos, no pertenece a las élites ni a los poderosos, sino que confía plenamente en el Señor como su única salvación. Este resto purificado y renovado es la semilla del futuro resurgimiento del pueblo de Dios.

La actividad de Sofonías se sitúa entre los años 640 y 609 a.C., durante el reinado de Josías, rey de Judá. En el encabezado de su libro (1,1) aparece una genealogía que sugiere su ascendencia noble. La datación del texto suele ubicarse antes del 612 a.C., año en que los babilonios y los medas destruyeron Nínive, aunque algunos estudiosos sugieren que pudo haber sido escrito después, conociendo incluso los asedios de Jerusalén en 597 y 587 a.C.

Hageo: La reconstrucción del Templo y de la Comunidad

El libro de Hageo, uno de los profetas menores del Antiguo Testamento, consta de solo dos capítulos, pero su mensaje es poderoso y directo. Hageo vivió y profetizó después del regreso del pueblo judío del exilio babilónico, en un período marcado por la reconstrucción del Templo de Jerusalén y la reorganización de la comunidad.

Conclusión

Un punto en común entre Habacuc, Sofonías y Hageo es la relación entre crisis, juicio y esperanza.

  • Habacuc enfrenta la crisis de la injusticia y la invasión extranjera, cuestionando a Dios, pero al final confía en su fidelidad.
  • Sofonías anuncia un juicio inminente sobre Israel y las naciones, pero también revela la existencia de un «resto fiel» que será el fundamento de la restauración.
  • Hageo, en un contexto posterior al exilio, llama a la reconstrucción del Templo como símbolo de la renovación espiritual del pueblo.

En todos ellos, hay un movimiento de oscuridad a luz, de destrucción a reconstrucción, de juicio a salvación. Muestran que, aunque Dios permite el sufrimiento y la prueba, su intención última es purificar, restaurar y renovar.

Esta idea es clave tanto en la tradición judía como en la cristiana: las crisis no son el final, sino el camino hacia una transformación más profunda.

Judaísmo (18). Miqueas y Nahum: Contexto, mensaje y relevancia

Twitter: @lluciapou

Las crisis no son el final, sino el camino hacia una transformación más profunda Compartir en X

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.