fbpx

Nido de víboras

COMPARTIR EN REDES

A veces me he preguntado por qué la serpiente personifica (Génesis 3) la tentación, la traición a Dios y a la fe, símbolo de todo mal, o la serpiente de bronce (2 Reyes 18, 4) como idolatría.

Las víboras ("raza de víboras", cf. Lucas 3,7 y Mateo 12,33) también las menciona Jesús para recordarnos nuestra condición pecadora, y que hagamos frutos de penitencia.

Las serpientes, en nuestro medio, pueden ser culebras o víboras. Las claves para distinguir entre una culebra y una víbora son relativamente fáciles incluso para una persona que no sea experta. Es importante saber si la mordedura procede de un animal venenoso (víbora) o no (culebra). Las dos características más importantes son:

– La cabeza está recubierta de escamas grandes en las culebras y pequeñas en las víboras.

– Los ojos de las culebras son grandes y con pupilas redondas mientras que en las víboras, los ojos son más pequeños y con pupilas verticales.

Alguien se preguntará, ¿y por qué este artículo sobre serpientes: culebras y víboras? Bueno, porque a menudo quizá andamos escribiendo acerca de asuntos religiosos y nos ponemos muy trascendentes, pero de lo que toca la tierra, de lo rastrero, de nuestro cerebro más antiguo, el reptiliano, que controla más nuestra instintividad, donde se generan más nuestros impulsos negativos, y nos hace capaces de no hacernos pensar y llevarnos a cometer las mayores atrocidades, apenas reparamos. Y lo utilizamos más frecuentemente de lo que pensamos.

“Nido de víboras” (“nest of vipers”) además de ser así llamada una película de 1948 ,“The snake pit” (lit: “El hoyo de la serpiente”), del director ucraniano Anatole Litvak y protagonizada por Olivia de Havilland, Mark Stevens, Leo Genn, Celeste Holm, …, es una expresión en la que se considera que una persona, más o menos sana, en medio de una situación de caos, ansiedad, horror, … o cualquier otro tipo de mal, puede sucumbir también en ese mismo pozo. Al menos eso es lo que Litvak expone con su protagonista, Victoria Cunningham, en esa citada película.

Por extensión se puede definir “nido de víboras” a un ambiente hostil y negativo, de mal rollo, falto de respeto, de humillación de los demás, donde se puede contagiar la ira y la hostilidad, donde cada respuesta a cada ataque genera más violencia y enemistad, en lugar de ir a su resolución y pacificación.

En algunos ámbitos, físicos y virtuales, ocurre que se vive así, como en un nido de víboras, entonces es cuando el ambiente se hace irrespirable. Por eso urge cierto distanciamiento porque así no caeremos en la tentación de responder de la misma o parecida forma, y podremos evitar que la agresión violenta forme parte de nosotros.

¿Quién puede decir que no ha experimentado este ambiente de "nido de víboras", (aunque se haya debido a unas pocas personas, unas tipo víbora, otras culebra, venenosas o no, o no todas tipo serpiente, de un mismo colectivo), y no se ha visto afectado de esta negatividad en el mismo?

Pero la pregunta mejor sería ¿y cómo has reaccionado de forma madura frente a esa hostilidad? Hay diversas maneras, pero dos parecen ser más efectivas. Ya se ha apuntado la de interponer una distancia, pero otra podía ser la retirada de atención. Sin embargo, si los responsables de ese ambiente no toman cartas en el asunto, lo más idóneo incluso podría ser mudarse a otro lugar, trabajo, asociación, o compañía.

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS
No se han encontrado resultados.