No se puede de ninguna de las formas, en una democracia, exacerbar los ánimos de los ciudadanos y animar a que las calles sean un foco de enfrentamiento. Las urnas, son sagradas, y están para que los ciudadanos voten y elijan a sus representantes.
Me parece inaceptable que en nuestra madurez democrática haya dirigentes políticos en nuestro país que agiten con consignas a la ciudadanía, para que se produzcan altercados entre diferentes ideologías. Nuestro Estado de Derecho, no debe consentirlo de ninguna de las formas.
Por favor, esos rencores, miedos y fanatismos se acabaron. Enseñemos a nuestra juventud, futuro cercano, que los radicalismos y la confrontación no sirven para nada; sin embargo, el diálogo, la tolerancia y el respeto es lo que hace que la Humanidad avance.
¿Creemos en la libertad como valor supremo?
Lo que siempre pedimos los ciudadanos es justicia, diálogo y respeto. Exigimos a nuestros representantes la dedicación a los problemas que se nos presentan a diario, reclamamos una buena gestión, reorganizándose la vida pública, estableciendo un verdadero sistema democrático y abierto, cortando la corrupción y los privilegios por completo. Todos somos iguales ante la ley, y todos debemos ser responsables. Estamos hartos de tantos sacrificios para los ciudadanos, ahítos de falsas esperanzas y mentiras en los programas electorales. Queremos gobernantes responsables, abiertos a las ideas de todos y respetuosos en las formas de comportarse.
Miremos juntos hacia el futuro, hacia el no debilitamiento de nuestra democracia, tan difícilmente conseguida, estemos pendientes de nuestras muchas necesidades cotidianas y exijamos a nuestros políticos que se preocupen más de lo que nos prometen en las elecciones y que se olviden de generar problemas con otras cuestiones; que lo que hacen es distanciarnos, desunirnos y enfrentarnos.