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De la EGB a la LGTBI, pasando por la ESO

La semana pasada, el Gobierno de España daba a conocer el desarrollo curricular de la LOMLOE, la Ley de Reforma Educativa basada en el principio Celaá de que «los niños no pertenecen a los padres, sino al Estado».

Ante semejante preámbulo, no era de esperar otra cosa: Una propuesta legislativa donde la ideología ocupa el lugar del conocimiento y la reflexión crítica y en la que la perspectiva de género o la memoria democrática vienen a suplir a la historia real, a la religión o a la Filosofía.

Por si fuera poco, la reforma introduce un plus de ineptitud a los futuros estudiantes de la ESO que ya no tendrán que preocuparse de estudiar para demostrar los conocimientos adquiridos y, con ellos, su aptitud en las materias.

Ahora, con la nueva ESO, la promoción y titulación de los alumnos no vendrá determinada por el número de suspensos, sino que la decisión quedará en manos del equipo docente que decidirá si el estudiante tiene «expectativas favorables de recuperación».

Sin duda, toda una reforma orientada a la «producción» en serie de pequeños revolucionarios LGTBIQ que aprenderán a exigir todo «por derecho», sin exigencias ni responsabilidades, y eso sí, muy bien enseñados a conformarse con satisfacer sus instintos primarios como principio de lo que ahora llaman «libertad».

Ecofeminismo, memoria democrática o derechos LGTBIQ+… el nuevo contenido curricular de los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria de España recoge el totalitarismo ideológico de una izquierda que se ve ya más fuera que dentro del Gobierno.

Con la antigua LOGSE, yo llamaba a esa generación la «generación l’oreal» porque cuando los entrevistas para un puesto de trabajo, uno llega a la conclusión de que son personas acostumbradas a exigir derechos «porque yo lo valgo».

Ahora, la cuestión será mucho más dura y confusa para nuestra sociedad futura, porque serán la generación «l’oreal LGTBIQ», sin principios ni valores, sin ética ni moral, con unas conciencias fundamentadas en el «ecofemismo» y la memoria democrática… una sociedad liquida, fácilmente manipulable, y altamente inculta.

¿Acaso no es eso lo que pretenden nuestros gobernante? Los acusamos siempre de ser cortoplacistas pero, reformas como las que llevan ejecutando desde hace 40 años en nuestro sistema educativo, demuestra que tienen muchos más objetivos a medio y largo plazo de los que pensábamos.

Si no se lo creen, piensen en cómo hemos visto multiplicado, antes de la guerra, el precio de la luz por 20 veces su importe en apenas un año, o por la subida de un 100% del precio del combustible, antes de la guerra también … ¿Cuántas personas han visto en la calle manifestándose por estas cuestiones?

Efectivamente, ninguna. Porque entre ir al gimnasio, sacar al perrito a hacer pís o llevar a los niños a extraescolares y ver el último estreno de Netflix, la sociedad actual no tiene ya tiempo de pensar en el bien común y, mucho menos, de sacar un hueco de su apretada agenda para ello.

Una sociedad completamente desvinculada, estéril, cuyos mayores frutos son el consumismo y el hedonismo exacerbado. Pero cuidado: Estos son los frutos de la EGB. Preparémonos para los frutos de la LGTBIQ…

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