La nueva Declaración «Dignitas Infinita», refleja el esfuerzo de la Iglesia por abordar los múltiples aspectos de la dignidad humana en estos tiempos. Sin embargo, su gestación no fue sencilla, como se detalla en su prefacio.
La primera mitad del documento, elaborada por el equipo anterior, se centró en desarrollar la base teológica del concepto de «dignidad humana».
A pesar de esta sólida recapitulación, el Papa pidió dedicar una mayor atención a las violaciones actuales de la dignidad humana, en línea con la encíclica «Fratelli tutti».
Listado de violaciones a la dignidad humana
Como resultado, la Sección Doctrinal redujo la parte inicial y enfocó en lo que denominaron el «catálogo de horrores», enumerando ataques a la dignidad humana, desde cuestiones de bioética hasta injusticias sociales. El cardenal Víctor Manuel Fernández revisó este listado, buscando declaraciones relevantes del Papa Francisco.
El título «Dignitas Infinita», inspirado en una frase de San Juan Pablo II, se convierte en un homenaje a su doctrina social y su compromiso con la justicia.
Enseñanzas de Francisco
El documento no solo aborda diversas formas de violación de la dignidad humana, sino que también busca consolidar las enseñanzas de Francisco, como la condena de la pena de muerte y la maternidad subrogada.
Sin embargo, el texto reconoce que su tratamiento de los temas es breve y a menudo carece de soluciones concretas.
La declaración comienza, como dijimos anteriormente, estableciendo los fundamentos de la dignidad humana, destacando que esta dignidad es inherente a cada ser humano desde su concepción hasta su muerte natural. Este punto es crucial ya que sienta las bases para las discusiones sobre la vida, la bioética y los derechos humanos.
Uno de los puntos más destacados del documento es su firme defensa de la vida desde el momento de la concepción. El Vaticano reafirma su postura en contra del aborto, argumentando que cualquier acto que atente contra la vida humana en cualquier etapa es moralmente inaceptable.
«Dignitas Infinita» también aborda cuestiones relacionadas con la investigación biomédica, enfatizando la importancia de respetar la dignidad humana en todos los aspectos de la ciencia y la medicina. Se destaca la necesidad de proteger a los sujetos de investigación, así como de asegurar que cualquier avance científico se realice dentro de los límites éticos.
La declaración aborda la manipulación genética y la clonación, advirtiendo sobre los peligros éticos y morales asociados con estas prácticas. Se enfatiza que la vida humana no debe ser tratada como un objeto manipulable y que cualquier manipulación genética debe realizarse con un profundo respeto por la dignidad humana.
Otro aspecto importante de «Dignitas Infinita» es su llamado al cuidado y respeto de los enfermos y discapacitados. Se insta a la sociedad a no discriminar ni marginar a estas personas, reconociendo su dignidad inherente y su derecho a recibir atención médica y apoyo.
El documento aborda también la cuestión del final de la vida y la eutanasia, reafirmando la postura de la Iglesia Católica en contra de cualquier forma de eutanasia o suicidio asistido. Se argumenta que la vida humana debe ser protegida y cuidada hasta su término natural, y que la muerte no debe ser buscada como una solución a los problemas o sufrimientos.
En su abordaje de la pena de muerte, el documento recalca la violación de la dignidad humana en cualquier circunstancia, reforzando la posición de la Iglesia en contra de esta práctica. Asimismo, denuncia la confusión en torno al concepto de «morir con dignidad», especialmente en el contexto de la eutanasia.
El texto también destaca la importancia de no separar la fe de la defensa de la dignidad humana, subrayando que ambas están intrínsecamente ligadas. Reconoce las diversas formas en que los cristianos se comprometen con la justicia social, aunque advierte contra la dicotomía que a veces surge entre diferentes enfoques.
Algunas carencias
En última instancia, «Dignitas Infinita», aunque presenta algunas carencias, insta a la acción y al compromiso continuo en la promoción de la dignidad humana en un mundo marcado por numerosas violaciones. La Iglesia, inspirada por el Evangelio, persiste en su llamado a respetar y proteger la dignidad de cada ser humano, independientemente de sus circunstancias y cualidades.