En una fervorosa Misa por la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco instó a la sociedad a reconsiderar su trato hacia los ancianos, a quienes describió como “raíces que los más jóvenes necesitan para llegar a ser adultos». Todo ello en un momento en que expertos y medios de comunicación están abordando la cuestión del edadismo.
Francisco, ante unos 6 mil fieles, insistió en la importancia de cuidar a las personas mayores y no olvidarlas en el acelerado ritmo de la vida moderna. El Papa alertó sobre el peligro de que «nuestras aglomeradas ciudades se conviertan en concentrados de soledad» y advirtió sobre el riesgo de que «la política, llamada a proveer a las necesidades de los más frágiles, se olvide precisamente de los ancianos, dejando que el mercado los relegue a ‘descartes improductivos'».
El Papa Francisco, en sus reflexiones, también destacó el valor de las personas mayores en el tejido social y familiar, proponiendo «una nueva alianza entre jóvenes y ancianos». Declaró: «Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y ancianos, para que la linfa de quien tiene a sus espaldas una larga experiencia de vida irrigue los brotes de esperanza de quien está creciendo. En este intercambio fecundo aprendemos la belleza de la vida, construimos una sociedad fraterna, y en la Iglesia permitimos el encuentro y el diálogo entre la tradición y las novedades del Espíritu.»
El edadismo y el libro Sénior
Precisamente, recientemente se ha publicado un libro que se ha convertido en una fuente de referencia en el análisis sobre los séniors. El doctor Manel Domínguez, en su libro Sénior. La vida que no cesa, publicado el pasado enero de 2023 critica lo que denomina «edadismo de estado».
En su obra, Domínguez arroja luz sobre el problema del edadismo, alegando que las personas mayores son marginadas y, en muchas ocasiones, descartadas de la sociedad. «Los mensajes negativos son brutales y eso a muchas personas les produce depresión y un apartheid de la sociedad», protesta Domínguez en una entrevista publicada en el diario El País el pasado mes de marzo.
Domínguez critica que se «arrincone» a los séniors, clasificándolos a todos a partir de los 60 como «tercera edad», como si fuese lo mismo tener 70 que 90. Domínguez lamenta en su libro: «Nos hicieron desaparecer como clase, nos destinaron al maravilloso juego de la petanca como salida digna”.
Manel Domínguez es investigador y profesor del Departamento de Comunicación de la Universitat Abat Oliba CEU. En sintonía con la llamada del Papa, Domínguez aboga por «una revolución de los séniors» para rechazar las etiquetas simplistas y reivindicar su lugar en la sociedad.
Estas reflexiones plantean importantes interrogantes sobre el papel de las personas mayores en la sociedad y sobre cómo se puede y se debe valorar su contribución de manera más significativa. Domínguez insta a la sociedad a reconsiderar su trato hacia los séniors, a respetar su dignidad y a reconocer su valor en el entramado social y familiar, como el Papa Francisco.
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