Las reivindicaciones feministas para que el lenguaje se adapte a las propuestas de la ideología de género están generando una nueva polémica social, política y en el seno de la propia Real Academia Española (RAE).
En esta ocasión, el origen del debate es el encargo de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Presidencia, Carmen Calvo, de un estudio sobre la Constitución española para adaptarla a un lenguaje “inclusivo, correcto y verdadero a la realidad de una democracia que transita entre hombres y mujeres”.
La propuesta, que de salir adelante vendría a suponer un asalto de la ideología de género a la RAE y la Constitución, no ha sido recibida de forma positiva por algunos expertos de la lengua, como el académico Arturo Pérez-Reverte, quien ya ha anunciado que, de retocarse la Carta Magna atendiendo a las exigencias feministas, abandonaría la RAE.
“Tiene usted mi palabra”
La propuesta, según la vicepresidenta, tiene como objetivo perfilar las líneas de actuación en igualdad consideradas prioritarias para el Ejecutivo, como la de llevar el «solo sí es sí» a la reforma del Código Penal, algo que podría “asegurar mucho mejor en términos de garantías los tipos penales que no pongan en riesgo a través de la interpretación lo que son gravísimos delitos contra las mujeres”.
Un factor fundamental para conseguir este objetivo es que se revise el papel que juega la cultura y concretamente la RAE en la ruptura de estereotipos o prejuicios machistas, a juicio de Calvo.
Sin embargo, Pérez-Reverte no considera que sea necesario modificar la Constitución con un lenguaje inclusivo de las mujeres como pretende la ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad del Gobierno de Pedro Sánchez.
Ante el interés de un usuario de Twitter por saber si abandonaría la RAE de salir adelante la propuesta del Gobierno de adaptar la lengua a hombres y mujeres, el escritor respondía con un contundente “tiene usted mi palabra”.
“Es un intento de domesticar la RAE. Cederán los académicos, tras intentar suertes de esgrima desganada, algún bizantinismo apolillado. Sólo Arturo Pérez-Reverte, el viejo león, marchará dando un sonoro portazo. País de cobardes…”, apuntaba el tuitero; a lo que el autor de El capitán Alatriste respondía con la afirmación de que dejaría la RAE si se revisa la Constitución para adecuarla al lenguaje inclusivo.
Posteriormente, el académico compartía dos enlaces relacionados con el tema. El primero redirigía a una entrada de la RAE donde se explica que desdoblamientos como «los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas» son «artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico».
El segundo es un texto titulado ‘Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer’ escrito por Ignacio Bosque, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que rechaza las propuestas del lenguaje inclusivo y en el que señala cómo «en los últimos años se han publicado en España numerosas guías de lenguaje» y la mayoría de ellas «sin la participación de los lingüistas».
Gutiérrez Aragón: “la RAE, en contra del lenguaje inclusivo”
Por su parte, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, que entró en Real Academia en 2016, no ve tanto una demanda social del lenguaje inclusivo como una presión política, a la que cree que la Academia debe resistir.
“La RAE siempre ha estado en contra del lenguaje inclusivo, porque una cosa es la visibilidad de las mujeres y que ocupen cargos en las instituciones y otra que se fuerce el lenguaje”, aseguraba en declaraciones publicadas por el diario El País publicadas el pasado 13 de julio.
Aunque no considera que cambiar “los españoles” por “la población española” sea un problema, su crítica se centra en la duplicidad, como “los vascos y las vascas”.
En cualquier caso, Gutiérrez Aragón considera que “no se pueden buscar sinrazones a la lengua y las presiones políticas producen rechazo. La RAE debe resistir presiones y defender los derechos de la lengua”.
Por su parte, la filóloga Paz Battaner, que ingresó en la Academia el año pasado, se posiciona a favor del citado “informe Bosque”. Y hace una consideración sobre la propuesta del Gobierno: “no me parece lo más importante que haya que hacer ahora… pero quizá un texto se puede modificar con gracia y sentido de la lengua, sin forzarla…”.
“Hay que hablar de todo”
Otros miembros de la Academia no se muestran tan contundentes ante la iniciativa de Carmen Calvo. “El tema está en la calle, en la prensa, en los bares. Claro que hay que echar un vistazo a la Constitución y hablar de todo”, dice la escritora Soledad Puértolas.
De la misma opinión es Inés Fernández-Ordóñez, quien también opina que el debate está en la calle: “en los textos administrativos se puede hacer constar la presencia de la población femenina y recogerlo de una forma sensible. Si se empieza una conferencia con un ‘señores y señoras’ en otras situaciones también se puede marcar, de entrada, esa presencia femenina”.
“Desde la absoluta normalidad”
Por otra parte, Darío Villanueva, director de la institución, consideraba en declaraciones a ABC que «esto no está provocando en la Academia una conmoción, forma parte del trabajo de la institución, ya que se trata de un mandato que entra dentro de sus obligaciones, como es la elaboración de los diccionarios o de la gramática».
En ese sentido, la Academia empezará a trabajar en dicho informe a partir de septiembre, cuando el pleno se vuelva a reunir tras el verano. Una vez obtenidos los resultados, será una comisión la encargada de valorarlos para posteriormente remitir las consideraciones pertinentes al Gobierno.
Villanueva afirmaba que tampoco «ha tenido ocasión de tomarle el pulso a los académicos». Por ello, el director considera que este proyecto se abordará desde «la absoluta normalidad» y sin tener en cuenta ningún partido político.
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[…] si el nuevo ciclo de crónicas de la Academia explicará el momento en que le entregaron el informe sobre lenguaje inclusivo a Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno y su reacción, Muñoz Machado responde: […]