Las diócesis de Girona y de Vic, siguiendo el consejo del Papa Francisco de que los exorcistas estén presentes en cada diócesis, han nombrado a dos sacerdotes para dicho servicio. En Girona el nuevo exorcista será Mossèn Josep Puig Bofill, mientras que en Vic se ha nombrado a Mossèn Joan Prat i Jorba.
Estos nombramientos coinciden con el esfuerzo del Vaticano para impulsar la figura del exorcista. En esta línea, el Vaticano ha organizado un curso de formación sobre exorcismos que ha contado con la presencia de 200 alumnos, en el que se constató la creciente demanda y se preparó a los asistentes para leer las oraciones en latín en estos casos así como también para intentar diferenciar los casos reales de aquellos que solamente son perturbaciones psicológicas.
Josep Puig, en una entrevista en La Vanguardia, considera que «a veces hay tanta malicia que parece imposible que de la misma naturaleza humana salga tanta maldad. Ha de haber alguna cosa más que induzca a este mal”, añade el sacerdote, que afronta con expectación esta nueva tarea, que iniciará en setiembre.
Asegura que no es ni psicólogo ni médico psiquiatra. Y que, tras escuchar atentamente a las personas que acudan a él, rezará por ellas y les promulgará unas palabras. Una fórmula que está recogida en un libro del mismo Vaticano y que Puig, de 60 años, todavía no tiene en sus manos. Lo que sí sabe es que la oración, el símbolo de la cruz y el agua bendecida no faltarán en este ritual.
Según el obispado de Girona, estos nombramientos son una forma de “poner orden a un tema que podría escaparse de las manos porque cualquiera podría atribuirse estas capacidades. Si la persona no está preparada humanamente, en lugar de resolver el problema podría empeorarlo”. El ordenamiento eclesial lo deja bien claro: “Nadie puede hacer legítimamente exorcismos a posesos si no ha obtenido una licencia expresa del Ordinario del lugar”.
Puig, como el resto de elegidos, compaginará sus tareas habituales de la parroquia con la de exorcista. “Ya lo iremos viendo. ¡Ojalá que no haga falta!”, advierte.
Papa Francisco advierte que el demonio es seductor
No deben acercarse al diablo ni dialogar con él: está “derrotado” pero es peligroso porque seduce y, como un perro rabioso encadenado, muerde si le haces una caricia. Es la advertencia del Papa Francisco en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta. Toda su reflexión gira en torno a la figura del diablo que no ha muerto, pero que “ya está condenado».
“Podemos decir que está moribundo” – explica el Papa – pero en todo caso “está derrotado”. No es fácil, sin embargo, convencerse porque “el diablo es seductor”, “sabe qué palabras decirnos”, y “a nosotros nos gusta que nos seduzcan”, explica Francisco.
Y él tiene esta capacidad; esta capacidad de seducir. Por esto es tan difícil comprender que está derrotado porque se presenta con gran poder, te promete muchas cosas, te da regalos – bonitos, bien envueltos – “¡Oh, qué bonito!” – pero no sabes lo que hay dentro – “Pero el papel por fuera es bonito”. Nos seduce con el paquete sin dejarnos ver lo que hay dentro. Sabe presentar a nuestra vanidad, a nuestra curiosidad, sus propuestas.