Dos mártires ya beatificados fueron asesinados el 9 de noviembre de 1936: el salesiano Francisco José Martín López, detenido en Madrid cuando ni siquiera había sublevación, y la religiosa cisterciense María de la Salud (madre María Micaela) Baldoví Trull, fundadora del Monasterio Fons Salutis en Algemesí (Valencia), que expresó su deseo de morir gritando ¡Viva Cristo Rey!
En las islas británicas, se conmemora el martirio del beato sacerdote Jorge Napper (1610); en Polonia, el del beato sacerdote Enrique Hlebowicz, mártir a manos de los nazis (1941). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado como mártir al abad Sergio Chernukhin (1942).
Francisco José, coadjutor salesiano que nació en Vitoria el 24 de septiembre de 1910) es con 26 años el más joven de los seis mártires vitorianos.

En estos pocos años, este salesiano coadjutor destacaría por su celo apostólico en las dos casas a las que estuvo destinado, sobre todo en la de Atocha.


Los otros cinco vitorianos ya beatificados, de menor a mayor en edad, son todos religiosos: María Severina Díaz-Pardo Gauna (40 años), Dionisio Ullívarri Barajuán (55), Daría (de Santa Sofía) Campillo Paniagua (63), Antonia (de San Timoteo) Gosens Sáez de Ibarra (66) y Aurelia Arambarri Fuente (70).


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