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Oligarquía con Demagogia

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Conviene atender bien estos dos términos conceptuales. ¿Qué es Oligarquía? ¿Qué es Demagogia? Lean estos dos escritos de la Wikipedia. O las entradas de la RAE para simplificar. La demagogia es el recurso estratégico de los llamados diputados en los parlamentos estatales, autonómicos y municipales. Pertenecen a la minoría oligárquica. ¿Cuántas y qué personas, en el caso conocido y vecinal de España, integran el conjunto de candidatos políticos en cada proceso electoral? ¿Cuántas de ellas despiertan magnetismo en el votante elector?

No sé si a Vds. les pasa lo que a mí. En cada plebiscito concreto acostumbro a visualizar los nombres de los distintos candidatos en mi circunscripción de votante elector. Me tomo la molestia de leer los nombres papeleta a papeleta. Previamente de cada lista raramente conozco a alguien por televisión y prensa. No sé de qué personas se trata. Conozco por apariciones televisivas, a veces mediante entrevistas, a los “cuatro” candidatos importantes. Casi ninguno adscrito a mi circunscripción electoral. Esas últimas (las circunscripciones) son las mismas si los electores tienen domicilio provincial fijo. En los candidatos son cambiantes si lo desea su partido político en cada plebiscito. Se presentan por la circunscripción provincial que conviene al partido político que representan.

En estas condiciones requiero en mí mismo un acto de fe importante mío en mis comparecencias en el colegio electoral. ¿A quién voto en realidad? Pues igual que todo hijo de vecino a quien yo voto es a nadie en particular. Voto a unas siglas de partido político o coalición electoral sean quienes sean las personas que integran la lista de la papeleta concreta que elijo. El resultado final después del recuento de votos es un ranking clasificatorio parecido al de un campeonato de liga en todo deporte. La clase política es oligárquica y curtida en demagogia. ¡Y encima bajo el prisma informante de la cámara televisiva de los rollodiarios en las distintas cadenas!

En estas condiciones se compite en la actual Democracia. No guarda ninguna relación (salvo en el nombre) con aquella institución griega que vivió su apogeo unos siglos antes de Nuestro Señor Jesucristo. El discurso de los sabios quedó orillado entonces por la demagogia. La Democracia ateniense sucumbió. Lo que vino después (en lo bueno, en lo mejor, en lo malo y en lo peor) es la Historia relatada, estudiada y en algunas personas mínimamente aprehendida. Historia no predicada con rigor académico. Historia relatada con recortes e interpretaciones simplistas. En estas condiciones debemos proclamar políticamente nuestra esencia cristiana desde nuestra existencia. ¡Admitiendo como posibles distintos planteamientos aceptables! ¡Sin caer en el discurso agorero de los sofistas!

El platónico Mito de la Caverna no ha perdido actualidad.  ¿Qué es lo más importante en él?: El sufrido ascenso hacia la luz en solitario sin volver la vista  atrás. ¡Sin dejarse impresionar por las sombras del prójimo en proyección ilusoria!

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