Con estas letras quiero agradecer públicamente al metro de Granada, cuya gestión la lleva el Grupo Avanza y la corporación Española de Transportes, y a todo el personal contratado, que nos sirve a la ciudadanía granadina.
Ante la falta de detalles y valores que por desgracia decaen en nuestra sociedad del avance y del progreso, voy a transmitir mi experiencia de la semana pasada, cuando subí al metro, para desplazarme desde Albolote a nuestra querida Granada.
Sobre las 14 horas estando sentado en los asientos del metro, y con gran afluencia de personas, se concentraron frente a mí, en la zona reservada a los carritos de los bebés, tres mamás con sus respectivos cochecitos. Cómo es natural y las normas lo exigen, se ubicaron en la zona correspondiente. Cuál fue mi sorpresa cuando entró una señora mayor en una de las paradas, y ninguna persona del entorno se levantó para ceder el sitio, impasibles y sin ánimo de proporcionarle el asiento. Inmediatamente me levanté y como debe ser, le ofrecí mi sitio. Rápidamente se dirigió a mí un auxiliar del metro, amabilísimo, para comunicarme que debía estar sentado y que levantaría a una persona joven para que yo permaneciera en esa posición. La verdad que no estoy tan mal, pues tengo sesenta y tres años y aún puedo mantenerme sujeto a las barras del metro o autobús.
Verdaderamente en esta sociedad del bienestar y comodidad, dónde no se valora a esas personas que por su situación o vejez, dice mucho de nuestra sociedad. Mal nos irá si no se cambian estas conductas.
Reitero mis felicitaciones a la dirección de la empresa que gestiona nuestro metro, por esa labor de transmitir, mediante cursos de formación a sus operarios, para que nos hagan recordar a todos, nuestros compromisos sociales de atención hacia los más vulnerables.
Jose Ramón Talero Islan