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Ceremonia de beatificación de Joan Roig Diggle en la Sagrada Familia

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La Iglesia Archidiocesana de Barcelona organiza la ceremonia de beatificación del joven Joan Roig Diggle, nacido en la archidiócesis de Barcelona y martirizado por su fe el día 12 de septiembre de 1936.

La ceremonia tendrá lugar el sábado 7 de noviembre, a las 11.00 horas, en la basílica de la Sagrada Familia (Barcelona), y estará presidida por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.

Joan Roig Diggle fue un joven laico que murió con 19 años en los inicios de la Guerra Civil. El acto litúrgico se realiza en el marco del Plan Pastoral «Salgamos», que este año está dedicado a los jóvenes, y coincide con el décimo aniversario de la dedicación de la basílica de la Sagrada Familia para el culto,

A la ceremonia asistirán, además de los familiares del futuro beato, tanto autoridades como los miembros de la Asociación de Amigos de Joan Roig, que hace unos 30 años comenzó a promover la causa. El acto se celebrará con una capacidad reducida a un tercio del aforo y manteniendo una distancia mínima de 1,5 metros, entre otras medidas debido a las circunstancias sanitarias.

El cardenal Juan José Omella destaca como «Joan Roig no es una figura de un tiempo lejano. Su manera de ser y de hacer habla en nuestro tiempo, complejo y difícil, que conoce el azote de la pandemia del coronavirus. También la vida y la muerte de Joan se dieron en un tiempo convulso e incierto». También, según el cardenal Omella, es un ejemplo para los jóvenes. «Estamos ante un joven de 19 años, trabajador y estudiante, hombre de cultura sólida e infatigable lector de los documentos papales, que es capaz de comunicar el valor inmenso que tiene el pensamiento social de la Iglesia. Él defenderá que ‘la única y verdadera justicia social’ es la que sale del Evangelio de Cristo y la que se plasma en la Doctrina Social de la Iglesia».

Biografía

El primogénito de los Roig Diggle nació en la Barcelona de 1917 en una familia catalanoinglesa. Su educación comenzó a los Hermanos de La Salle. Para iniciar el bachillerato se trasladó a los Escolapios de la calle Diputación. Tuvo como profesores a dos mártires ahora beatos; Ignacio Casanovas y Francisco Carceller. Un problema económico hizo a la familia Roig Diggle, trasladarse a El Masnou. Para ayudarles, Joan entra a trabajar como dependiente en un almacén de tejidos, y luego en una fábrica en Barcelona. Todo ello combinándolo con sus estudios. Su llegada a El Masnou es un gran cambio para Joan Roig, ya que entra en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Al poco tiempo fue nombrado delegado de los «vanguardistas», una veintena de jóvenes de 10 a 14 años, y vocal de la sección de Piedad.

El entonces presidente de los «vanguardistas» de El Masnou, Juan Meseguer, escribe de él: «Se pasaba horas ante el Santísimo sin darse cuenta. Su ejemplo convertía más que sus palabras. Quería ser misionero». Meseguer recordó las palabras que Joan le dijo sobre lo que estaba ocurriendo en 1936. «Nos dijo que veríamos una Cataluña Roja, de sangre de sus mártires -aseguraba- pidió que nos preparáramos todos, porque si Dios nos había elegido para ser uno de estos, teníamos que estar dispuestos a recibir el martirio con gracia y valentía».

Joan Roig y Diggle, participaba en las tareas de la Federación, y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme. A lo largo de su corta vida, llegó a establecer grandes amistades como con su consiliario el padre Pedro Llumà o el Beato Pere Tarrés, su médico de confianza. Un líder nato al que en estas fechas «había que eliminar a toda costa». Según uno de sus biógrafos «el único motivo por el que lo mataron fue porque era católico». Asimismo, aseguró que el joven Diggle «murió porque no tenía miedo de defender a Cristo».

«Ahora más que nunca debemos luchar por Cristo»

Estas fueron las palabras del joven «John» como la llamaban sus amigos, cuando las juventudes liberadas quemaron su federación, pasó varios días sin decir palabra hasta que lo primero que dijo fue «Ahora más que nunca debemos luchar por Cristo». Así lo explica la hermana de Joan. El Ayuntamiento de El Masnou ha dado el nombre de calle Joan Roig a la que él recorría diariamente cada mañana para acudir a misa.

El martirio

La noche del 11 de septiembre de 1936, Joan Roig hacía poco que había llegado a casa de visitar a la familia Rosés. Entonces, unos milicianos golpearon su puerta. El joven se apresuró a tomar las Sagradas Formas como viático. Cuando se lo llevaban abrazó a su madre y se despidió de ella en inglés porque no lo entendieran: «God is with me», «Dios está conmigo».

La patrulla de las juventudes libertarias de Badalona, tras varios desplazamientos, lo llevó junto al cementerio nuevo de Santa Coloma de Gramenet, donde esa noche, víspera del 12 de septiembre de 1936, festividad del Dulce Nombre de María, fue asesinado en cinco tiros dirigidos a su corazón y uno de gracia en la nuca. Le permitieron dirigirles la palabra. Las últimas que salieron de sus labios fueron: «Que Dios os perdone como yo os perdono».

Uno de los verdugos aseguró que: «Aquel chico rubio era un valiente. Murió predicando, diciendo que nos perdonaba, y que pedía a Dios que nos perdonara. Casi nos conmovió». Al ser exhumados sus restos se le reconoció la entrada de una bala por la parte posterior del cráneo y otras cinco heridas en el pecho. La tumba de Juan Roig reposó en el cementerio de Santa Coloma hasta su traslado a la Parroquia de El Masnou.

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