El Papa Francisco, durante el primer fin de semana del mes, realizaba su viaje a Bulgaria, en una peregrinación internacional que le llevó también hasta Macedonia del Norte, antes de regresar a Roma.
Ante las autoridades búlgaras, y en un país de mayoría ortodoxa, donde solo el 0,6% de la población es católica, Francisco ha querido incidir en el acento ecuménico e interrreligioso del viaje. Bulgaria es tierra de profundas raíces cristianas y al mismo tiempo lugar de encuentro entre muchas culturas y civilizaciones. Por eso, desde el primer momento, han estado tan presentes en sus discursos san Juan XXIII, que vivió en Bulgaria y allí aprendió a valorar la tradición de la Iglesia oriental, manteniendo relaciones de amistad con las otras confesiones religiosas, y san Juan Pablo II, que visitó Bulgaria en el año 2002