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Cambio horario primaveral

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Tiene lugar en la noche del último sábado de marzo de cada año. Es un cambio horario mundial contra natura. Me cuesta unos días aclimatarme a él. Mi hora habitual de levantarme de la cama son las 6 de la mañana. Puedo apreciar muy bien que este cambio es contra natura. Está oscuro. No lo estaba hace unos días. Lo está ahora. Resulta que ahora oscurece mucho más tarde.

Es preciso un tiempo de aclimatación a este nuevo horario.

Si oscurece más tarde mi hora de retiro sigue siendo las diez de la noche. ¡Menos mal que en primavera a las diez de la noche ya ha oscurecido! He de ajustar el horario solar natural al horario político entronizado con dos horas de diferencia con relación al horario solar creado por Dios. La diferencia de una hora no es suficiente para los poderes de este mundo para vivir la vida en primavera y verano.

Pueden dar las explicaciones que gusten los poderes de este mundo. Por mucho que pontifiquen son cambios contra el orden natural creado por Dios. Para ajustarme a él, una vez efectuado el cambio, me levanto media hora más tarde el primer día. Lo primero que hago es ajustar las horas de los relojes según el criterio automático del propio teléfono móvil. “Oficialmente” me he levantado media hora antes.

Durante varios días voy atontado. No se trata de una casuística de ahora que soy mayor. Era una casuística muy real cuando estaba en activo laboral. De ahí que siempre he agradecido mucho con ardiente deseo el cambio otoñal del horario de solo una hora de diferencia. Me cuesta mucho menos y no me altera.

El cambio primaveral me coloca contra las cuerdas. Aunque uno no se queja, se adecúa a él y lo admite, lo cierto es que la procesión va por dentro. Lo correcto sería adecuar los ritmos. Esto no es factible a nivel laboral. Los horarios laborales no cambian. Siguen siendo los mismos. Los eclesiales tampoco cambian. Los del transporte ídem. Ningún horario cambia.

El cambio de las 2 de la madrugada a las 3 de la madrugada -y viceversa en otoño- es un cambio político mundial que no guarda relación con la astrología y el horario solar. Este artículo es muy ilustrativo. La fotografía es actual y el reloj solar belga también lo es.

El cambio de las 2 de la madrugada a las 3 de la madrugada -y viceversa en otoño- es un cambio político mundial que no guarda relación con la astrología y el horario solar Clic para tuitear

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