El Hospital Josep Trueta, el mayor de toda Girona, contaba desde su inauguración hace 62 años con una capilla qué tenía un funcionamiento muy activo.
En ella se han oficiado durante este tiempo 8.308 misas, 7.541 bautizos e incluso se han celebrado 498 bodas. A pesar de esa realidad, la capilla ha sido cerrada.
La razón argüida por el hospital es que su proximidad cercana a la unidad de críticos y semi críticos afectados por la Covid-19 hacía necesario el cambio de su uso.
Sin embargo, de manera inmediata sólo se ha convertido en una sala de formación y docencia, que, en todo caso, podría habilitarse para dar cobertura asistencial a pacientes infectados por el coronavirus.
Asumiendo la necesidad de este cambio, no se ha producido un cambio de ubicación de la capilla, sino simplemente su supresión.
Por otro lado, en el vestíbulo se ha situado una pequeña sala dedicada al silencio, que, en palabras del propio sacerdote del hospital, Sebastiá Aupí: «Invita al silencio tanto si se es creyente como un si no y apuesta por la neutralidad y la calidez“, según recoge el periódico La Vanguardia de Barcelona del 27 de diciembre.
La nueva sala de silencio, que ha venido a sustituir la capilla, se ha abierto con la presencia del obispo de Girona, monseñor Francesc Pardo y del sacerdote Sebastiá Aupí.
3 Comentarios. Dejar nuevo
Una supresión de todo lo que es cristiano, y con el beneplácito de un obispo y sacerdote, esto representa un acto de cobardía, es como darle una bofetada al mismo Cristo, además no saben defender los valores cristianos. Lo que representa una capilla es el Sagrario, la presencia real de Cristo, lo más importante del cristianismo y lugar de oración. Hay muchos cristianos que necesitan un lugar de oración, tenían que haberla trasladada a otro sitio la capilla. En nombre de la neutralidad han logrado eliminar una capilla con mucha asistencia a los cristianos. Yo soy sanitario y no tiene ninguna credibilidad ni pretexto para eliminar una capilla a causa del COVID.
Nada que quitar, nada que agregar a tu comentario, Manuel.
¡Excelente comentario, Manuel Sánchez!