He leído que ha dicho Vd. «Hay que acabar con el estereotipo del amor romántico: es machismo encubierto».
Mi esposo y yo tenemos 7 hijos, 25 nietos y 4 bisnietos.
No tengo estudios; solo 6 años de noviazgo y 56 de matrimonio, y en todo este tiempo aprendí que el amor necesita alimentarse, vamos, como el cuerpo.
El alimento del amor no es romanticismo, pero éste va incluido en el menú, que incluye -además del respeto al otro- multitud de detalles de servicio, de pequeños obsequios, de pequeñas sorpresas, que no se adquieren como se administra una empresa delegando el trámite, sino que -como en los años de noviazgo- se prepara personalmente un segundo antes, o varios días antes con ilusión, con cierta dosis de emoción…
Si todo eso es romanticismo no entiendo -desde mis 62 años de relación- que estemos ante un “machismo encubierto”.