Cuando A.O. John Smith recibió un diagnóstico de autismo en agosto de 2023, su mundo cambió.
Lo que inicialmente sintió no fue necesariamente alivio, sino una profunda necesidad de pertenecer a una comunidad donde pudiera conectar tanto con su condición como con su fe.
Buscó sin éxito una comunidad de católicos autistas en su zona rural de Colorado, y esta falta de conexión lo empujó a crear algo que antes no existía.
Crear algo que antes no existía.
De ese deseo nació Autistic Catholics, una comunidad que hoy en día está ayudando a autistas católicos a encontrar apoyo, amistad y sentido de pertenencia.
Smith es el fundador y director ejecutivo de Autistic Catholics, una organización cuya misión principal es ofrecer un espacio seguro donde las personas autistas católicas puedan compartir sus vidas, ayudarse mutuamente y fortalecer su fe.
Smith describió la necesidad que lo motivó a fundar esta organización como una mezcla de soledad e inspiración. «El ímpetu para fundar Autistic Catholics viene realmente de no tener gente con la que pueda ser plenamente mi yo autista y hablar de lo que más me gusta, que es nuestra fe católica», dijo Smith en una entrevista con la edición norteamericana de Aleteia.
La soledad como catalizador de la conexión
Para Smith, la creación de Autistic Catholics no solo fue una respuesta a su deseo personal de comunidad, sino también un reflejo de sus habilidades y experiencia profesional en la gestión de organizaciones sin ánimo de lucro.
No era extraño para Smith considerar la idea de fundar una organización para suplir una carencia social.
La experiencia de Smith en gestión y liderazgo lo ayudó a transformar su visión en algo concreto, una comunidad para personas como él que querían sentirse reconocidas en su identidad tanto religiosa como autista.
Lo que impulsó a Smith a crear el grupo fue la «soledad que supone no conocer a personas como yo, que son autistas y católicas a la vez». Este sentimiento de aislamiento es algo que muchas personas autistas experimentan, ya sea en el contexto de la Iglesia o fuera de él.
No obstante, Smith confiaba en que una comunidad como la que estaba fundando podría servir como puente hacia un espacio de aceptación y amistad.
Un crecimiento rápido y necesario
Autistic Catholics ha crecido con rapidez y ha recibido una respuesta positiva por parte de la comunidad.
Desde sus inicios, ha demostrado ser un espacio muy necesitado, algo que no sorprende dada la falta de iniciativas similares.
No existe otra organización o comunidad nacional específica para católicos autistas, lo cual explica el entusiasmo con el que ha sido recibida la propuesta de Smith.
En pocos meses, la comunidad ya ha alcanzado más de cien miembros, y Smith tiene grandes expectativas para el futuro.
El rápido crecimiento de Autistic Catholics también es un testimonio del impacto que el aislamiento y la falta de pertenencia pueden tener en las personas autistas, particularmente dentro de un entorno religioso.
En última instancia, Autistic Catholics es más que una comunidad; es una declaración de que todos, sin importar nuestras diferencias, tenemos un lugar en la Iglesia y un propósito que cumplir.