Tras ofrecer sus oraciones durante el Ángelus, el Papa Francisco hizo una llamada descarnada para poner fin a la escalada de violencia en Israel y Palestina. «Por favor, deténganse en nombre de Dios: ¡alto el fuego!», exhortó el Pontífice, enfatizando la «grave situación en Palestina e Israel, donde tantas personas han perdido la vida». En un mundo donde la violencia parece ser la norma, sus palabras resuenan con un poderoso mensaje de paz y unidad sobre el necesario cese al fuego en Gaza.
El Papa Francisco también destacó la tragedia de los niños atrapados en conflictos, no solo en Israel y Palestina, sino también en Ucrania y en otras zonas de guerra en todo el mundo, en referencia a su pedido de cese al fuego en Gaza. «Pensemos en los niños… así se está matando su futuro. Recemos para tener la fuerza de decir ‘basta’”, expresó, haciendo hincapié en la necesidad de proteger a los más jóvenes y vulnerables.
Solidaridad con las víctimas
Además, mostró su solidaridad con las víctimas del reciente terremoto en Nepal, que ha dejado más de cincuenta fallecidos y miles sin hogar. Asimismo, expresó su preocupación por los refugiados afganos en Pakistán, quienes enfrentan la incertidumbre tras la orden de Islamabad de abandonar el país.
El Santo Padre también tuvo palabras para las víctimas de desastres naturales, rezando «por las víctimas de las tormentas e inundaciones, en Italia y en otros países». Específicamente, la región de Toscana ha sido gravemente afectada, con numerosas pérdidas humanas y daños materiales.
Las palabras del Papa Francisco son un recordatorio elocuente de la sinrazón de la guerra, la importancia de buscar la paz y la urgencia de cuidar a quienes sufren en todo el mundo. Su llamada es una invitación a la reflexión y a la acción en nombre de la humanidad.
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