Francia está viviendo desde hace un tiempo el rebrote del antisemitismo. Las cifras llegan a hablar de un incremento del 74% de los casos en los últimos doce meses. Antes de que sea demasiado tarde, todos los partidos políticos de Francia, a excepción de la Agrupación Nacional de Marie Le Pen, se congregaron en una manifestación multitudinaria en la Plaza de la República. El Presidente Macron, por su parte, se reunirá también con representantes de la comunidad judía.
En el país del escándalo Dreyffus, y con la sombra no siempre disipada del régimen de Vichy, el Estado no puede quedarse de brazos cruzados mientras se profanan tumbas y se agrede física o verbalmente a ciudadanos de origen o confesión judía, como le sucedió el pasado domingo al filósofo Finkielkraut. Y es que “lo cortés no quita lo valiente”