En un acontecimiento sin precedentes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP28) en Dubái, líderes religiosos, incluido el Papa Francisco, han emitido una declaración conjunta instando a un esfuerzo global para sanar nuestro «mundo herido».
La declaración, que resalta el compromiso y la esperanza, llama a una unión sin fisuras entre las religiones y las naciones para abordar el cambio climático.
El Papa Francisco, junto a representantes de diversas confesiones y tradiciones indígenas, ha subrayado la necesidad de una acción urgente y colaborativa para limitar el calentamiento global a 1.5 grados para 2030.
Además, han enfatizado el apoyo a las comunidades más afectadas por el cambio climático, destacando la importancia de la paz ambiental y el diálogo interreligioso.
Piden respuestas concretas
Esta iniciativa colectiva pide respuestas concretas para acelerar la transición hacia energías limpias, promoviendo una agricultura sostenible y la protección de los ecosistemas.
Bajo el lema «Nadie debe quedarse atrás», el documento hace un especial hincapié en las necesidades de los más vulnerables, incluidos niños, comunidades en riesgo, mujeres y pueblos indígenas.
Por su parte, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, tras su intervención en la COP28, resaltó la responsabilidad ética de los países más desarrollados hacia los más frágiles. Reiteró la llamada del Papa Francisco a los líderes mundiales para trabajar más allá de intereses personales o nacionales, enfocándose en el bien común como el criterio esencial para abordar el cambio climático.
Entre los avances positivos de la COP28, Parolin destacó la creación del Fondo para pérdidas y daños, destinado a apoyar a los países más afectados por el cambio climático. Este es visto como un signo de esperanza y un paso adelante significativo, aunque reconoce que queda mucho por hacer.
La COP28 ha visto un papel destacado de la Iglesia y el Papa Francisco en la lucha contra el cambio climático. Su mensaje es claro: solo a través de la unidad, la responsabilidad compartida y el respeto por la sabiduría ancestral, podremos garantizar un futuro en armonía con la Tierra.
Esta llamada a la acción marca un hito importante en la historia de la diplomacia climática y refleja un cambio significativo hacia una mayor inclusión de voces religiosas y éticas en debates globales cruciales.
3 Comentarios. Dejar nuevo
La Iglesia tiene que ocuparse de las almas
La Iglesia disminuyendo en número de fieles, de sacerdotes, de vocaciones; la fe católica en decadencia.
Y la agenda vaticana se preocupa poco de la Iglesia y mucho del cambio climático, que es un asunto lleno de muchas sandeces políticas y escaso de coherencia.
Para muestra: se celebró en Dubai, que vive opulentamente del petróleo, y adonde llegaron los participantes en sus aviones privados
Decía sabiamente el dicho: «zapatero, a tus zapatos».
«La lucha contra el cambio climático.»
La porfiada realidad muestra que la extracción de combustibles fósiles ( si es que se piensa que disminuir eso es la lucha contra el cambio climático ), para quemarlos por supuesto, aumenta año a año; solo hubo una ligera disminución durante la pandemia. Hay necesidades crecientes ( a medida que aumenta la población ) y una paralización del mundo, como ocurrió durante la pandemia ( gigantesca y desastrosa manipulación ), no es una opción.
¿ Se calienta el planeta ?
Claro.
¿ Que hay que hacer ?
Adaptarse.
¿ Se extinguen especies y disminuye la biodiversidad ?
Si; otras sobreviven muy bien, migran a otros lugares y se multiplican. La naturaleza se adapta.
¿ Se va a extinguir la especie humana ?
Por supuesto que no.