Cada año, en medio del Adviento, un detalle litúrgico capta la atención de muchos fieles: el sacerdote viste de rosa y en la corona se enciende una vela también rosa.
Este color, poco habitual en la liturgia, aparece únicamente en dos momentos del año: el tercer domingo de Adviento (Gaudete) y el cuarto domingo de Cuaresma (Laetare).
Pero ¿qué significa exactamente y por qué la Iglesia lo reserva para estos días?
El Domingo Gaudete toma su nombre de la primera palabra de la antífona de entrada en latín: “Gaudete in Domino semper: iterum dico, gaudete” —“Alégrense siempre en el Señor; vuelvo a insistir: alégrense”. Este mandato gozoso proviene de la Carta de san Pablo a los Filipenses, donde el apóstol exhorta a vivir con una confianza profunda: “Que la bondad de ustedes sea conocida… El Señor está cerca. No se angustien por nada”.
El color rosa en la liturgia de este día no es un capricho visual, sino un signo elocuente: la penitencia del Adviento se atenúa y deja ver, por un instante, la alegría que se aproxima con la llegada del Señor. Es un color que surge de mezclar el morado penitencial con el blanco festivo, simbolizando así una alegría anticipada.
La alegría que nace de la cercanía de Dios
Como dice Evangelii Gaudium, un texto que abre con una afirmación que podría servir de lema para este domingo: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús… Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.
Esta alegría es un fruto del Espíritu Santo (cf. Gal 5, 22). Una energía sobrenatural que brota de saberse amado, acompañado y salvado por Dios. Una alegría que evangeliza porque atrae, especialmente cuando se manifiesta en tiempos difíciles.
Así lo recuerda también la liturgia: el Domingo Gaudete irrumpe en medio del sobrio Adviento para expresar que, incluso en la espera, el corazón cristiano puede experimentar gozo, porque sabe que Dios está cerca. Esa cercanía no es sólo cronológica —la Navidad se aproxima—, sino ontológica: Dios está más cerca de nosotros que nuestra propia respiración.
Curiosidades litúrgicas: ¿por qué rosa y no rojo o blanco?
-
Sólo dos domingos al año permiten el uso del color rosa, signo de alivio espiritual en medio de temporadas penitenciales.
-
El término Gaudete aparece desde la Edad Media en los misales y breviarios, donde se marcaba este domingo como una “pausa de alegría” en el camino a la Navidad.
-
La vela rosa de la corona de Adviento, aunque de origen más reciente, simboliza lo mismo que la casulla del sacerdote: la luz creciente que anuncia el nacimiento de Cristo.
Una invitación para la vida cotidiana
Cuando este domingo veas los ornamentos rosas en la Misa o la vela encendida en tu corona de Adviento, haz una pausa y piensa:
El Señor está cerca.
Alégrate en el Señor… Sí, una vez más: alégrate.









