En uno de los momentos más emotivos del viaje del Papa a Marruecos, Francisco se encontraba con una pequeña comunidad de las Hijas de la Caridad, llevada por tres monjas españolas en la ciudad de Temara. Las Hijas de la Caridad son la única presencia cristiana en toda la zona y están al frente de un Centro Rural de Servicios Sociales donde la Congregación atiende, desde hace más de 40 años, a los últimos, los más pobres, que acuden hasta allí para ser atendidos, recibir clases, conseguir algo de comida o la medicación que necesitan para tratar sus enfermedades.
La presencia de las hermanas, en una zona donde el 99% de la población es musulmana, es un testimonio de auténtica vida cristiana; un testimonio que, con el ejemplo, habla de forma elocuente de todo aquello que el Papa ha fue desgranando durante su estancia en Marruecos con sus palabras y sus gestos.