Se anuncia para estos días la vista en el Tribunal Supremo de Pakistán de la revisión de la sentencia absolutoria de Asia Bibi, tras nueve años de cárcel, por una injusta acusación de blasfemia, castigada con pena de muerte. No es un recurso de revisión semejante al de los ordenamientos jurídicos de los países democráticos: existe el derecho a volver sobre una sentencia firme, si se descubren datos nuevos que podrían alterar la decisión de los jueces si los hubieran conocido en su momento.
En Islamabad no hay novedades, sino sólo una decisión política, para dilatar la ejecución de lo decidido por los magistrados, con la esperanza de aplacar las graves alteraciones de orden público provocadas por masas musulmanas fanáticas, opuestas a la liberación de esa madre de familia cristiana, condenada por el hecho de ser cristiana.