No escribo con un plan preconcebido. Son reflexiones sobre la marcha. Adjuntaré cada vez el link de 10 páginas https://misas.org/documentos/ordinario Este texto tiene la particularidad que, en el margen derecho y en letras mayúsculas, señala el cuándo procede estar DE PIE, SENTADOS y DE RODILLAS en cada misa a la que se asista como pueblo de Dios congregado. ¡Señala el momento exacto!
No piensen que yo lo hacía todo bien. Rectifiqué hace un tiempo una cosa: el momento de ponerse de pie después del Ofertorio. No me quedaba claro, pues es un momento variable según qué misas y según qué templos. Después del Ofertorio el sacerdote celebrante, desde el altar y de cara al pueblo congregado, puesto en pie dice: Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso
El pueblo congregado responde puesto en pie: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. Es el momento inmediatamente anterior a la Oración sobre las ofrendas prevista para el día en concreto y que lee el sacerdote. La posición litúrgica de esta oración es de pie. Va muy bien que el ministro invite a ello para que dé tiempo a levantarse.
Si la Liturgia de la Palabra empieza con la lectura desde el ambón de la primera lectura, la Liturgia de la Eucaristía empieza con la presentación o ofrecimiento del pan y el vino en el Ofertorio. No siempre tiene lugar en voz alta por razón de canto litúrgico. Por tanto, mi “Bendito seas, por siempre, Señor” dos veces me limito a musitarlo dos veces. Es litúrgicamente correcto el Ofertorio en silencio por parte del ministro celebrante.
Previo a la Liturgia de la Palabra está el Acto Penitencial. Cuando era niño era el momento del mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa del Confiteor. Es el acto del Yo confieso en voz alta. En lengua castellana con tres golpes en el pecho y en lengua catalana un solo golpe sin expresión oral del mea culpa. Pues las traducciones del latín son distintas. Yo me doy los tres golpes en mi pecho sea la misa en castellano o sea en catalán. A veces la traducción catalana de los textos latinos es más acertada que la castellana. ¡En el acto penitencial la traducción correcta es la castellana “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”!
Asisto indistintamente a misas en lengua catalana y lengua castellana. Es algo que me lía en más de un momento. El Gloria es propio de las misas de los domingos y de otras fiestas litúrgicas… e incluso de algunos días laborables no festivos civiles. Son días que quedo gratamente sorprendido. La ventaja de tener idea de la lengua latina permite cotejar las traducciones vernáculas. Adoramus te, glorificamus te, gratias agimus tibi, Dominus Deus Rex celestis etc., está bien traducido en la lengua vernácula castellana y no en la catalana. Te adoramos y no Us adorem. Si fuese Us la traducción castellana sería Os y no Te.
Esta diferencia entre el Vd. y el Tú me lía mucho cuando permuto entre misas en lengua castellana y catalana. Las dos traducen mal la lengua latina. Pax homines bonae voluntatis se debería traducir en los libros litúrgicos como paz a los hombres de buena voluntad y pau als homes de bona voluntat. En ambos casos se traduce como paz a los hombres que ama el Señor y pau als homes que estima el Senyor.
Con facilidad se concluye que la paz es para todos por igual porque Dios nos ama a todos por igual. Cuando en realidad Dios ama distinto a los hombres de buena voluntad que ponen de su parte. Son los que le alaban, le bendicen, le adoran, le glorifican y le dan gracias, más allá de la buena voluntad. ¡Me gustaría poder atender en misa algún día una reflexión homilética profunda dominical acerca del Gloria!