El patriarca maronita, el cardenal Bechara Boutros Raï, ha encendido una luz de esperanza para los cristianos libaneses al anunciar que el papa Leo XIV podría visitar el Líbano antes de que termine el año.
En declaraciones ofrecidas a la cadena saudí Al Arabiya, el patriarca afirmó que «el Papa vendrá a visitar el Líbano entre ahora y diciembre», aunque todavía no hay una fecha confirmada por el Vaticano.
“El viaje dependerá de una decisión oficial desde Roma”, explicó Bechara. “Las preparaciones están en marcha, pero estamos esperando el anuncio oficial”. Hasta el momento, el Vaticano no ha confirmado ningún viaje internacional del nuevo pontífice, pero desde hace meses circulan rumores sobre sus primeras visitas al extranjero.
Una visita con un fuerte significado pastoral y geopolítico
La posibilidad de una visita papal al Líbano no es un simple evento diplomático: para una nación duramente golpeada por crisis políticas, sociales y económicas, la presencia del Sucesor de Pedro representaría un signo poderoso de cercanía, consuelo y esperanza.
Desde la visita del papa Benedicto XVI en septiembre de 2012, el país ha atravesado momentos extremadamente difíciles: la guerra en la vecina Siria, que trajo más de 1,5 millones de refugiados; el colapso financiero de 2019, que pulverizó el valor de la moneda local; y la trágica explosión del puerto de Beirut en 2020, que dejó cientos de muertos y miles de heridos.
Además, la prolongada vacancia presidencial tras el fin del mandato de Michel Aoun en octubre de 2022, agravó el estancamiento institucional hasta la elección de Joseph Aoun como presidente en enero de 2025.
Mientras tanto, la situación en la frontera sur sigue siendo volátil, con ataques aéreos y tensiones constantes, especialmente tras el asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en septiembre de 2024.
Un reencuentro largamente anhelado
El papa Francisco expresó en diversas ocasiones su deseo de visitar el Líbano, e incluso llegó a anunciarse un viaje en 2022 que finalmente fue cancelado. El sueño de una visita papal quedó en suspenso, hasta que ahora vuelve a renacer con fuerza bajo el pontificado de Leo XIV.
La Iglesia maronita, profundamente enraizada en la historia del país, es el principal cuerpo eclesial católico en Líbano. Según datos del Pew Research Center de 2020, aproximadamente el 28% de la población libanesa es cristiana, en su mayoría maronita, mientras que los musulmanes constituyen el 68% del total.
En este contexto, una visita papal no solo tendría un valor espiritual, sino también un impacto social e incluso político. Podría impulsar el diálogo interreligioso, fortalecer a la comunidad cristiana, y enviar un mensaje de unidad y paz a toda la región.
¿Un viaje con varias escalas?
Expertos como Alberto Fernández, analista de EWTN, han sugerido que el posible viaje a Líbano podría estar vinculado con una peregrinación más amplia en torno al aniversario número 1700 del Primer Concilio Ecuménico de Nicea, celebrado en el año 325. Este evento sería conmemorado en İznik, Turquía (la antigua Nicea), posiblemente el 30 de noviembre, festividad de san Andrés.
También se ha especulado sobre posibles visitas del Papa a Argelia —siguiendo los pasos de san Agustín de Hipona— y a otros países de la región. De confirmarse, el Líbano podría formar parte de una gira pastoral significativa en un momento delicado para el Medio Oriente.
Un mensaje de esperanza para todos
Aunque el Vaticano aún no ha emitido una confirmación oficial, las palabras del cardenal Bechara han reavivado el anhelo de millones de libaneses. La eventual visita del papa Leo XIV sería un gesto de profundo significado para una nación que, a pesar de las heridas, continúa siendo un faro del cristianismo en Oriente Medio.
En medio de tanta incertidumbre, la sola posibilidad de la visita ya está generando ilusión. Para los católicos del Líbano, y para todos los que sufren en silencio en esa región, el Papa no solo traerá palabras, sino la presencia del Buen Pastor que camina con su pueblo.
