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El Papa, Yolanda Díaz y el contexto

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La importancia del contexto es decisiva en todo acto humano y de manera especial en relación con los actos públicos. Todavía más cuando las personas poseen una gran notoriedad.

Esta característica se extiende también a la teología. El propio Francisco subraya la importancia de «una teología fundamentalmente contextual«, «capaz de leer e interpretar el Evangelio en las condiciones en que los hombres y las mujeres viven cada día, en diferentes entornos geográficos, sociales y culturales«. Tendríamos, por tanto, junto a las 10 grandes caracterizaciones de la teología, en esta “teología en el contexto», un método de reflexión del mensaje cristiano que tiene en cuenta la situación vital, social y cultural del tiempo y del lugar en que es elaborada.

Se trata, en otras palabras, de una reflexión teológica que recoge la sensibilidad del momento, que lee los signos de los tiempos, que intenta responder a los problemas que hay que afrontar en el ámbito de la Iglesia o en la sociedad. De hecho, es un método que no está tan lejano del que presenta MacIntyre en relación con la filosofía, en la medida que presenta la necesidad de conocer el contexto histórico en el que se formulan, o de Kuhn en su filosofía de la ciencia.

Por tanto, es de toda razón situar la audiencia del Papa con la vicepresidenta del gobierno español, Yolanda Díaz, en el contexto actual e histórico.

Una primera consideración es sobre el momento (por cierto, qué gran libro el escrito por Bernardo de Clavall, La Consideración, para consejo y edificación del Papa Eugenio III, a petición de éste).

Francisco recibe a Díaz en plenas elecciones en Galicia, donde ella y su amalgama de partidos Sumar, se juega gran parte de su futuro, porque es su tierra y es la primera prueba de fuego después de las elecciones generales y la ruptura con Unidas Podemos. Más cuando la propia Díaz sostiene que han hablado, entre otros temas, “de la crisis ambiental en Galicia, de los pellets”, un hecho que ha sido artificialmente hinchado, “catástrofe ambiental”, por la oposición al gobierno gallego, precisamente por estar en periodo electoral.

Una ley no escrita de la Santa Sede era la de no recibir a políticos sometidos a periodo electoral. Es un criterio prudente porque se puede considerar, aunque no lo sea, como un gesto de predilección ante el electorado por parte del sucesor de Pedro.

La segunda consideración hace referencia a la reiteración o frecuencia. Díaz, ya se había entrevistado con el pontífice en el Vaticano el 11 de diciembre de 2021. Dos visitas en dos años es una frecuencia muy alta para un ministro, no digamos ya para un vicepresidente del gobierno. ¿Qué otros gobernantes de este nivel han sido recibidos con una frecuencia semejante, alejados además de toda discreción? Al contrario, son entrevistas bien provistas de imágenes proporcionadas por La Santa Sede, y amplias declaraciones de Díaz. El Papa puede ver a quien quiera y cuando quiera y para un católico su criterio basta, pero además como ciudadano exigido por la doctrina social de la Iglesia, debe encontrar una razón en esta frecuencia, porque cuando es pública y se ostenta no sirve la sola hipotética razón del afecto personal, que se movería por derroteros más discretos.

Y esto nos conduce al tercer elemento del contexto. La búsqueda de significado. Que Díaz quiera ver al Papa en plena campaña electoral no necesita mayor explicación, pero debo reconocer que no soy capaz de dar con el significado de por qué el Papa lo asume ante los católicos españoles; gallegos en particular, y más allá en su significado general y precedente: un político en elecciones.

Y esto nos conduce a la historia, la que se lleva con minúscula, la reciente. El significado podría responder a la afinidad por la trayectoria previa de la Ministra. Por ejemplo, acudió como madrina a la presentación del libro de Francisco, Os ruego en nombre de Dios, en la iglesia de San Antón, en el madrileño barrio de Chueca, Díaz, donde no solo ha afirmado sentirse identificada con muchos de los “dogmas” que predica el pontífice, sino que también ha recomendado al resto de políticos españoles estudiarlos.

Por consiguiente, hay una afinidad en los enfoques socioeconómicos de Francisco. Pero, hay otras muchas otras cuestiones en la agenda de Díaz y la de la Iglesia que chocan frontalmente.

Por ejemplo, el aborto. La vicepresidenta celebró estruendosamente la escandalosa sentencia, por arbitraria, del TC sobre el aborto. ¿Quién recuerda la exigencia de Yolanda Díaz a Feijóo de que se pronunciase sobre las medidas antiabortistas de Vox? Es decir, no solo es favorable, sino que practica la Agitprop sobre la cuestión. Díaz se confiesa atea, pero afirma que tiene fe en la “economía” de Francisco, que se supone que es, con las lógicas aportaciones propias, la de la doctrina social de la Iglesia, aunque no sé si Díaz compartiría esta lógica, que es la única racional.

Pero, todo esto no puede hacer olvidar que forma parte destacada, imprescindible, de un gobierno que, en el menor tiempo posible, ha redactado el mayor número de leyes que vulneran, en lo fundamental, la concepción católica: A/El derecho a la vida. B/ Los derechos de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos. C/ La laicidad del estado convertida en ateísmo práctico. D/ La ruptura con toda la antropología católica. E/El desbordamiento de las políticas sobre la sexualidad, especialmente en menores. F/ La conversión de la Iglesia en un chivo expiatorio utilizando la pederastia, desviando así la atención sobre la importancia de este delito en las instancias del estado y en el conjunto de la sociedad. G/ La contribución a la polarización política y su conversión en un sistema amigo-enemigo, tan alejada de la concepción de la doctrina social de la Iglesia sobre la práctica política

El resultado final de todo esto es realmente desconcertante y en buena medida confuso, no porque el Papa reciba a quien considere, Dios me libre de toda reflexión crítica sobre este punto, sino por el contexto que encuadra el acto… como en la teología contextual.

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • Considerando que era en un casi corto espacio de tiempo la segunda vez que este papa recibía a Yolanda Díaz y que hay campaña electoral en Galicia, se le podía haber propuesto una fecha posterior no lejana al día de las elecciones.
    Se nota demasiado la búsqueda de la foto. Y muchos electores no son capaces de ver las contradicciones preclaras que están señaladas perfectamente en el artículo.

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