Il Testimone, que lleva el expresivo subtítulo Medio siglo de un laico en las salas del Vaticano, resulta una lectura imprescindible, no solo para un católico, sino para cualquier persona interesada en la realidad vaticana. A lo largo de medio siglo, hasta su jubilación —para luego pasar a ser embajador de Uruguay ante la Santa Sede—, Guzmán Carriquiry, su autor, participó desde dentro en la vida vaticana.
En su juventud, recién llegado de Montevideo con su joven esposa y procedente del movimiento estudiantil católico de su país —de lejos el más laico de América Latina y con una notoria impronta masónica—, fue incorporado como “Jefe de Oficina” en el Vaticano: el primer laico designado para tal cargo por San Pablo VI.
Más tarde fue el primer laico en ocupar el puesto de “Subsecretario”, nombrado por San Juan Pablo II; luego el primer laico “Secretario” en el Vaticano, designado por Benedicto XVI, y finalmente el primer laico “Secretario encargado de la Vicepresidencia”, nombrado por el Papa Francisco, con quien lo unía una estrecha relación de juventud y colaboración —por ejemplo, en los trabajos de Aparecida, que marcaron un antes y un después en la Iglesia latinoamericana—.
En realidad, en esta última etapa fue el vicepresidente y ejecutivo de facto de la Comisión Pontificia para América Latina. Todo político latinoamericano que visitaba la Santa Sede pasaba inexorablemente a verlo. Esto convirtió a Carriquiry en un conocedor extraordinario, de primera mano, de la política latinoamericana. Pero ese es ya otro tema.
Quizás la tarea que más puertas le abrió, por el conocimiento que le otorgó del estado de la Iglesia en sus realidades más elementales —los laicos—, fue su larga trayectoria como Subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos, el instrumento de la Santa Sede para el gobierno de los movimientos laicales.
Medio siglo desde dentro es mucho tiempo: conocimientos, experiencia, consideraciones. Pero en ningún caso, Carriquiry opta por el camino fácil de la nota escandalosa o morbosa. Su libro juega en otra dimensión: la de la solidez del contenido, que no necesita destellos ni trucos para resultar interesante.
Como él mismo confiesa:
“En mis memorias me haré una discreta autocensura. Podrían ser un best seller si me dedicara, como buen fariseo, a contar todas las miserias que he advertido en los demás, en el ambiente curial, en mis 48 años de trabajo en el Vaticano. ‘¿Quién eres tú – nos recuerda el apóstol Santiago (4, 12) – para condenar al prójimo?’. Tengo muy en cuenta lo de: ‘¡Hipócrita!, ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?’ (Mt. 7, 1-6).”
Y añade una advertencia lúcida sobre las tentaciones de poder en el corazón de la Iglesia:
“Allí donde abunda la gracia de Dios y está en juego la custodia de la fe y la unidad de la Iglesia, el demonio envía – me decía un monseñor de Curia – tres patrullas de diablillos: los que tientan por el dinero, los que tientan por el sexo y los que seducen por el poder eclesiástico (que se traduce, en general, en ‘carrerismo clerical’). Dinero, sexo y poder coagulan ‘amistades’ interesadas o cómplices, lobbies de diverso tipo. Son como un eco del coro de La Roca de Eliot: ‘Usura, Lujuria y Poder’.”
“Muchos de los que trabajamos en la Curia romana —reconoce— hemos pasado en algún momento, al menos, por esa tercera tentación: buscar acercarse a un personaje eclesiástico importante para congraciarse con él y esperar de él un apoyo para la propia carrera. Es bueno tener presente la advertencia del apóstol Pablo a los Efesios (5, 5): ‘Sepan bien esto: ningún lujurioso, impuro o codicioso, o sea, ningún idólatra, tendrá parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios’.”
Carriquiry sostiene que su libro no son tanto unas memorias como una recapitulación de experiencias, una suma de episodios y aprendizajes acumulados durante décadas. Y quizá en ello reside su mayor interés: no hay paja, todo es sustancia.
No es solo una gran narración de hechos, sino un despliegue de reflexión y conocimiento sobre la Santa Sede y, en particular, sobre la Curia. Es difícil encontrar una obra parecida, que combine altura en su concepción con riqueza en su información. ¡Su otro título podría ser “La Consideración Siglo XXI!
Lo dicho: imprescindible.
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https://www.youtube.com/watch?v=8kajqKnTtys
De Pablo VI a Francisco: un laico testigo de medio siglo de historia vaticana. #IlTestimone #Vaticano #Carriquiry Compartir en X







