El Papa Francisco ha abordado tres temas de relevancia mediática y espiritual de los últimos días durante el rezo del Ángelus. En ese sentido, ha abordado la liberación de 317 estudiantes nigerianas, la XIV Jornada Mundial de las Enfermedades Raras, y que la contemplación no se convierta en pereza espiritual.
El gobierno del estado nigeriano de Zamfara ha confirmado la liberación de los 317 estudiantes secuestradas en la escuela secundaria gubernamental de Jangebe. Así lo confirmó un funcionario del gobierno a un canal de televisión del país. Ahora estarían en el palacio del emir de Anka a la espera de ser trasladados a Gusau, la capital del estado. No está claro si se ha pagado un rescate por su liberación.
Al final del Ángelus, Francisco había rezó por las 317 colegialas secuestradas el viernes en Nigeria por un grupo criminal.
«Uno mi voz a la de los obispos de Nigeria para condenar el cobarde secuestro de 317 niñas, sacadas de su escuela en Jangebe, en el noroeste del país. Recemos por estas chicas, para que vuelvan pronto a casa. Estoy cerca de sus familias y de ellos mismos. Recemos juntos. Recemos a la Virgen para que los proteja. Ave María,…»
«No dejar solos a familiares y enfermos de enfermedades raras»
Por otro lado, este domingo tuvo lugar la XIV Jornada Mundial de las Enfermedades Raras. El Papa Francisco animó a los miembros de algunas asociaciones implicadas en este campo que han venido a la plaza. Recordó la importancia de la “red de solidaridad entre los familiares y las asociaciones, en el caso de las enfermedades raras, les ayuda, dijo a no sentirse solos y a intercambiar experiencias y consejos.
El Pontífice, en sus saludos al final del rezo mariano, fomentó las iniciativas que apoyan la investigación y el tratamiento y expresó su cercanía a los pacientes, a las familias y especialmente a los niños. En sus saludos se detuvo un momento más para concienciar y recordar que hay que estar cerca, y rezar por los “niños enfermos, los niños que sufren”, necesitan dijo, “la caricia del amor de Dios, la ternura.
“Cuidar a los niños con la oración, también, cuando hay estas enfermedades que no sabemos qué son o hay un pronóstico bastante malo. Recemos por todas las personas que tienen estas enfermedades raras, especialmente recemos por los niños que las sufren”.
Atención a la “pereza espiritual”
En el segundo domingo de Cuaresma el Papa reflexionó, antes de rezar el Ángelus, sobre el Evangelio del día (Mc. 9, 2-10) que nos invita a contemplar la transfiguración de Jesús en el monte. Esa “anticipación de luz”, el rostro radiante de Jesús ante los discípulos asustados, a quienes había anunciado que sufriría mucho, sería rechazado y condenado a muerte, es una invitación para recordarnos, especialmente cuando atravesamos una prueba difícil, que el Señor ha resucitado y no permite que la oscuridad tenga la última palabra.
Recordando que “también nosotros estamos llamados a subir al monte, a contemplar la belleza del Resucitado que enciende destellos de luz en cada fragmento de nuestra vida y nos ayuda a interpretar la historia a partir de su victoria pascual”, el Papa Francisco advirtió que, sin embargo, debemos “guardarnos”, de que esa sensación de “es bueno estarnos aquí”, como exclamó Pedro (v.5), no se convierta en “pereza espiritual”. Pues, como hizo con los discípulos, Jesús mismo “nos devuelve al valle”:
«No podemos quedarnos en el monte y disfrutar solos de la dicha de este encuentro. Jesús mismo nos devuelve al valle, entre nuestros hermanos y a nuestra vida cotidiana. Debemos guardarnos de la pereza espiritual: estamos bien, con nuestras oraciones y liturgias, y esto nos basta. ¡No! Subir al monte no es olvidar la realidad; rezar nunca es escapar de las dificultades de la vida; la luz de la fe no es para una bella emoción espiritual. No, este no es el mensaje de Jesús».