El Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada no es vinculante y es una lástima que haya nacido con una división tan marcada. Ojalá que, como afirmaba el Papa Francisco el domingo siguiente, sea un marco de referencia para la comunidad internacional, y una herramienta, con la que la comunidad internacional pueda trabajar con responsabilidad, solidaridad y compasión hacia quienes, por diferentes motivos, han tenido que dejar su propio país.
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