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Geopolítica educativa (III)

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Mira. No sé qué decirte. Ahora resulta que hay mujeres que están encandiladas con tener hijos que se meten con una faja por encima de la barriga nueve meses, aunque, ya que no lo son con ellas mismas, al menos son algo honestas con los demás, al aclararles que se trata de un muñeco: “reborn”, les llaman (en inglés, “renacidos”). Y han sido diseñados con inteligencia artificial para placer a aquellas mujeres que desean sentir el placer de dar “amor” a un pelele de trapo con esqueleto de acero, en lugar de al hermano que tienen al lado, puesto que no tienen las agallas de gestar y educar hoy día un hijo de carne y hueso como los de antes; el reborn se educa enchufado a una máquina, o más bien, él es ya una máquina animada por inteligencia artificial. Y haces con él lo que quieres. Lo que quieres, ¿me oyes? De momento, a esas mujeres desnaturalizadas les gusta la experiencia.

Los bebés reborn han sido diseñados por el “reconocido” experto español en desarrollo infantil (dicen en su publicidad), que no hace falta ni que te repita su nombre, puesto que si él no tiene vergüenza en dártelo a conocer, yo sí; ¡siento vergüenza ajena… y miedo por la que nos viene! Mejor, dejémoslo en su matrix personal, puesto que, entre unos y otros, ya le han hecho suficiente matraca de promoción. Él asegura que al reborn lo ha ideado con el objetivo de “ayudar a los niños a liberarse de la influencia constante del mundo digital y volver a experimentar interacciones reales y auténticas” (!). ¿Verdad que solo oírlo parece una pesadilla?

Ese pintoresco personaje vendido a la mainstream del momento, ha encontrado un buen filón no solo para llenarse los bolsillos de bazofia, sino incluso promover −ya desde el propio nombre reborn que se ve ideado por publicistas antiéticos−, esa cultura pringosa y maloliente que pretende ser propagada desde la educación infantil para eternizar el control del hombre por el hombre (para no ser sexistas, como defienden los “iluminados”, llamémosle “ser humano”). ¡Ay, hermano, mi hermana del alma… adónde pueden llegar los hombres y las mujeres cuando abandonan el camino del amor vivido en la Verdad!

Amor sobado

Dicen que quieren muñecos para sentir amor. ¡Pero es que no saben qué es esa palabreja pronunciada “a-m-o-r” con paladar exquisito! Pervierten su significado convirtiéndolo en autoafirmación, en lugar de donación. Esa autoafirmación que se extiende como mancha de aceite en un tejido de algodón con eso que se ha dado en llamar “empoderamiento”, que es otra palabreja de la corriente modernista, que no moderna. Ser moderno es otra cosa; es aceptar que somos finitos, es vivir en amor, es acoger la Verdad como esencia y motor de la realidad.

Pero no. Hay que ser empoderados, dictaminan, para no dejarte tomar el pelo; eso sí, tomándole tú al hermano. ¿Qué es, sino, una soberana tomadura de pelo el corromper las relaciones humanas con la pretensión de imponer el propio ego? ¿Es eso relación? Una relación precisa de al menos dos personas que entren en comunión, y no un diálogo de sordos prefabricado con la intención de deleitarse como quien se deja masturbar por el ordenador. Porque eso es, hermano, mi hermano del alma. Me perdonarás por lo desagradable de la expresión, pero no soy yo quien la ejecuta, sino el mismo diablo.

Eso es. Estamos convirtiendo cada vez más la vida en una simulación como aquellas de un juego de ordenador. No es extraño, por tanto, que, para meternos en ese laberinto, promuevan una corriente de pensamiento que defiende que la propia vida, desde que nacemos hasta que morimos (dicen que pronto ni eso ya), es una simulación a manos de un espabilado extraterrestre que está jugando con nuestra conciencia. ¿Conciencia? ¡Eso es mentalidad pretérita, como por obligación nos imponía el sistema de creencias “del pasado”!

Ya sé qué decirte. No me lo invento. Es algo que ha llegado a afirmar una “pastora” protestante que defendía en un discurso digno de ser recordado como de in illo tempore, luciendo el atavío de su estola de rigor decorada con el logotipo de Planned Parenthood (otro lucimiento de publicistas antiéticos). ¿De qué iba? Afirmaba muy enfadada ella que abortar a sus dos hijos fue un acto de amor y rebeldía contra la era del catolicismo, y que al ejecutar ambos asesinatos sintió la presencia de Dios, que la animaba a dar amor matando. ¿No te das cuenta de cómo pretenden manipular nuestra inocencia? ¿No sería esa “presencia” la de Satán, como doctor honoris causa?

¡Álzate, hermano, mi hermana del alma, que vienen a por tu conciencia… con su “talante” y su “decencia”! Abre los ojos, y mira la luz de la Palabra que aún brilla, y brilla con ella, puesto que con su “iluminación”, esos elegidos vienen intentando empañártela, y así “educar” tu mentalidad caduca, propia de un pasado oscuro en manos de la religión espuria que sometió al mundo. ¿Quieres más? La suya. Una religión light que suple a la católica. La religión genuinamente sátrapa de los “iluminados”, que adoran a Lucifer como el salvador libertador del mundo, trasmudando la Verdad con la Mentira donde basar su Principado tributo de la cerrería del Infierno. Si te atreves a seguir aquí, el viernes que viene te explicaré la del bombero… cuando al tomo y lomo le prenden fuego.

Geopolítica educativa (II)

Twitter: @jordimariada

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