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Introducción al judaísmo y la Torah

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¿Por qué hay tantas religiones? Hay diferencias entre ellas, pero también una raíz común. Hay una unidad del género humano ante el destino eterno de la persona. Todos los pueblos forman una comunidad con un origen y un fin común. Y son los judíos como los hermanos mayores de los cristianos y de los musulmanes, en cierto modo, pues del tronco de Abraham han salido las tres religiones monoteístas mayoritarias, judíos, cristianos (Jesús nació judío) y musulmanes. Son religiones que beben de los patriarcas, Moisés y los profetas, de modo especial judíos y cristianos: es el pueblo de la Antigua Alianza.

Los judíos acuden a la sinagoga, sus oraciones estaban basadas en los mismos textos que los cristianos.

Decía Wojtyla: “este extraordinario pueblo continúa llevando dentro de sí mismo las señales de la elección divina” (Cruzando el umbral de la esperanza, 16).

Es un pueblo ínfimo en número, pero tiene grandes responsabilidades a lo largo de la historia: basta pensar que recientemente hebreos como Freud, Marx, y Einstein fueron judíos. Basta ver que las personas de origen judío han recibido una proporción significativa de los Premios Nobel en comparación con su pequeño porcentaje de la población mundial: hasta 2022, aproximadamente el 22% de todos los Premios Nobel eran de origen judío, a pesar de que los judíos representan solo alrededor del 0.2% de la población mundial (en diversas categorías, como Física, Química, Medicina, Literatura, Paz y Economía).

Se dice que ha sido debido a su buena educación (acceso a los campos académicos y científicos), su resiliencia ante la discriminación y persecución que lleva a un esfuerzo por las habilidades intelectuales y superación académica, que algunas comunidades judías priorizan esos campos científicos.

Y si observamos el tema de las finanzas, en varios países, incluyendo Estados Unidos y Argentina, se ha observado una presencia significativa de personas de ascendencia judía en posiciones de liderazgo en el ámbito financiero y empresarial. Puede influir lo ya dicho, que valoran mucho la educación y el aprendizaje, que las migraciones que han tenido han desarrollado en ellos la capacidad de adaptación, que es un pueblo que desarrolla redes sólidas y relaciones comerciales, ayudan al éxito empresarial y financiero de sus miembros, y su gran resiliencia histórica.

¿Hasta qué punto influye la religión?

Pero hay que evitar generalizaciones, que han sido causa de antisemitismo en la historia, aunque fuera por envidia. ¿Hasta qué punto influye la religión? Sin duda, la religión es el gran factor de cohesión de ese pueblo, y está unido lo religioso a lo social (no casarse con otros no hebreos, no ser de otras religiones, etc.), todo ello influye en esas relaciones endogámicas que puede haber en algunas comunidades hebreas.

Para los judíos, la Torah y la tradición rabínica son sus fuentes, como también la institución de la Sinagoga, que después de la destrucción del 2º templo en el 70d.C. tendrá una gran importancia. Surge unos siglos antes de C., y tiene una función de reunión (Knesset), casa de oración (Bet Tefillah), de estudio (Bet Midrash); potencia la identidad del pueblo judío étnica y religiosa.

La principal fuente de la religión judaica es la Torah, la Ley formada principalmente por el Pentateuco, Salmos y Profetas. También el Talmud y la Mishna dan orientación a la tradición, que interpreta y desarrolla la Torah.

El Talmud

El Talmud es una obra central en la literatura judía y representa una compilación extensa de enseñanzas, discusiones y comentarios sobre la ley judía y la tradición oral, con un montón de normativas (por eso le preguntan a Jesús qué es lo más importante de la ley, en ese cúmulo de legislación). Hay dos versiones principales del Talmud: el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi) y el Talmud de Babilonia (Talmud Bavli).

El Talmud de Jerusalén (Yerushalmi), Talmud palestino, es compilado en Israel y se completó aproximadamente en el siglo IV d.C. Este Talmud es más breve que el Talmud babilónico y se centra más en la Halajá (la ley judía) que en la Agadá (historias y enseñanzas no legales). Sin embargo, el Talmud Yerushalmi no está tan completo como el Talmud Bavli y tiene menos influencia en la práctica judía.

El Talmud de Babilonia (Bavli): se compiló en Babilonia (la región que abarca partes de la actual Irak) y se completó en el siglo VI d.C. Es mucho más extenso que el Talmud Yerushalmi y se convirtió en la principal fuente de estudio en la tradición judía rabínica. Incluye una combinación significativa de Halajá y Agadá, y sus discusiones son más elaboradas y detalladas. El Talmud Bavli ha sido fundamental en la interpretación y la práctica del judaísmo en las comunidades judías a lo largo de los siglos.

Ambos Talmudes, junto con la Mishná, forman la base de la literatura rabínica y son esenciales para el estudio y la comprensión del judaísmo ortodoxo y muchas de sus ramas. Estos textos contienen una amplia gama de temas, incluyendo leyes civiles, rituales religiosos, ética, filosofía y narrativas históricas. El estudio del Talmud es una parte integral de la educación en la tradición judía y es llevado a cabo en escuelas talmúdicas (yeshivot) en todo el mundo.

La Mishná

La Mishná (también conocida como Misná o Mishná) es una de las obras más importantes en la literatura judía y forma parte del Talmud. Es la primera recopilación sistemática de la ley oral judía y fue redactada en hebreo en la Tierra de Israel a finales del siglo II d.C. por el rabino Yehudá Hanasí, también conocido como Judá el Príncipe.

La ley oral judía se desarrolló a lo largo de los siglos como una tradición de interpretación y explicación de los mandamientos bíblicos. La Mishná organiza y presenta esta tradición de manera sistemática en seis órdenes (Sederim), que a su vez se dividen en tratados (Masejtot). Cada tratado se ocupa de temas específicos de la ley judía, cubriendo áreas como rituales, ética, leyes civiles, ceremonias religiosas y demás.

La Mishná es el componente principal del Talmud, que también incluye la Gemara. La Gemara es un comentario y análisis de la Mishná y se desarrolló posteriormente en dos centros principales, uno en la Tierra de Israel y otro en Babilonia. Juntos, la Mishná y la Gemara forman el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi) y el Talmud de Babilonia (Talmud Bavli), que como hemos visto, son textos fundamentales para el estudio y la práctica del judaísmo rabínico.

Este judaísmo tradicional, desde el medievo, convive con la Cábala, corrientes esotéricas de carácter místico que pervive en nuestros días. Relaciona la divinidad trascendente (En sof) y la creación y tiene muchas especulaciones de simbolismo supuestamente bíblico de los números.

La Cábala (también escrito como Qábala, Cabalá, o Kabbalah) y el Zohar son conceptos relacionados en el ámbito del misticismo judío.

La Cábala

La Cábala (Kabbalah) es un sistema esotérico y místico dentro de la tradición judía que busca comprender la naturaleza de Dios y del universo. La palabra «Cábala» significa «recepción» o «tradición», y la práctica de la Cábala implica la búsqueda de conocimientos secretos y la comprensión de la realidad divina a través de la interpretación de textos sagrados y de principios místicos. Abarca varias escuelas y enfoques, pero en general, se centra en la interpretación de la Torá (los cinco libros de Moisés) y otros textos sagrados. Utiliza simbolismos, numerología, y en ocasiones, se asocia con meditación y prácticas místicas para profundizar en la comprensión de los aspectos más profundos de la realidad y la conexión con lo divino.

El Zohar

El Zohar es una obra literaria clave dentro de la tradición de la Cábala. Se le atribuye comúnmente al rabino Shimon bar Yojai, un sabio del siglo II, aunque algunos eruditos modernos sostienen que se escribió en el siglo XIII. El Zohar es un texto esotérico que se presenta en forma de comentarios místicos sobre la Torá. Su nombre significa «esplendor» en hebreo. Aborda temas como la naturaleza de Dios, la creación, el alma, y la interpretación simbólica de los relatos bíblicos. Utiliza un lenguaje altamente simbólico y alegórico. A través de sus enseñanzas, el Zohar pretende revelar los secretos ocultos de la Torá y proporcionar una comprensión más profunda de la relación entre lo divino y lo terrenal.

Ambos, la Cábala y el Zohar, han influido en diversas corrientes del pensamiento judío a lo largo de los siglos y han atraído el interés de personas de diversas tradiciones espirituales en busca de sabiduría mística. Es importante destacar que la Cábala y el Zohar son aspectos específicos dentro del judaísmo y no representan las prácticas y creencias de todas las corrientes judías.

Hasta 2022, aproximadamente el 22% de todos los Premios Nobel eran de origen judío, a pesar de que los judíos representan solo alrededor del 0.2% de la población mundial Clic para tuitear

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6 Comentarios. Dejar nuevo

  • La razón de su éxito es que sólo les interesa el conocimiento y el poder

    Responder
    • Messerschmidt
      5 diciembre, 2023 21:44

      En realidad, el judaísmo posterior, como mínimo, a la destrucción del templo de Jerusalén (70 d.C.) tiene grandes diferencias con el judaísmo del Antiguo Testamento, que tampoco es homogéneo. Hay paralelismos entre judaísmo y cristianismo en cuanto ambos coinciden en que la revelación divina está concluida y en que se ocupan intensamente de interpretar del Antiguo Testamento, pero con criterios y resultados divergentes. Por otra parte, el judaísmo rechaza explícitamente el magisterio de Cristo. En gran medida el judaísmo se define a sí mismo desde el siglo I hasta prácticamente el siglo XVIII por oposición o contraposición al cristianismo. Ello se refleja por ejemplo en ciertos pasajes del Talmud en los que Jesús, la Virgen María, etc. son presentados como farsantes y caracterizados de modo denigrante y muy hostil. Si bien hay un parentesco indiscutible entre ambas religiones y muchos importantes aspectos en común, no se puede olvidar que igualmente existen grandes divergencias, algo que comentaristas cristianos actuales demasiado a menudo pasan por alto o minimizan, tal vez por motivos de “corrección política”.

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      • Muchas gracias por tu comentario, que enriquece el discurso y me ha enriquecido a mí. Efectivamente, tengo entendido que con la oposición de los fariseos ante los cristianos, poco antes de la destrucción de Jerusalén por parte de Roma, marcó el judaísmo «oficial» hasta el punto de elimintar textos mesiánicos de la Biblia con la excusa de que no había originales hebreos (con el tiempo, se ha visto que en algún caso sí había, y que la redacción de la traducción griega manifestaba una originalidad hebrea). Pero el fenómeno judío es más rico que la versión oficial, y quizá podría ponerse lo que dices en una visión de conjunto más amplia.

        Por ejemplo, lo que dices del Talmud (que presenten a Jesús, la Virgen María u otros personajes de manera directamente denigrante o hostil), efectivamente ha habido controversias históricas relacionadas con ciertas referencias en el Talmud que algunos han interpretado como críticas hacia figuras cristianas. Pero aunque estas interpretaciones han sido objeto de debate y críticas, sin embargo no todos los estudiosos están de acuerdo con ellas. Uno de los textos que ha sido objeto de controversia es el Talmud de Babilonia, en los tratados Sanhedrín y Shabbat. Se ha señalado que algunas referencias en estos textos podrían interpretarse de manera ofensiva desde una perspectiva cristiana. Sin embargo, también hay argumentos que sugieren que estas interpretaciones son malentendidos y que las menciones en cuestión no se refieren a Jesús ni a la Virgen María. Leo que el Talmud es una obra compleja y que su interpretación requiere un conocimiento profundo del contexto histórico, cultural y lingüístico. Además, el diálogo interreligioso y el respeto mutuo son fundamentales para abordar cualquier controversia potencial. La mayoría de las comunidades judías y cristianas buscan promover la comprensión y el respeto entre ambas tradiciones religiosas. De ahí que haya habido una «deconstrucción» de la literatura y posturas antisemitas, en honor a la verdad y ese diálogo. Así la oración cristiana por la conversión del «pérfido judío» originalmente no se refería a un significado actual como «desleal, infiel, traidor», sino que la acepción original es la «falta a la fe» en Cristo. El contexto religioso de hace años, digamos «tradicionalista» es que mi religión es la verdadera y los otros hacen mal si no se convierten. Pero el contexto actual es de que para una ayuda más eficaz a los que no tienen mi religión, como he recordado en escritos anteriores, es de conocer bien las religiones y así profundizaré en la mía, al mismo tiempo que podré ofrecer un puente de apoyo en la parte de verdad que tienen las demás religiones, para un acercamiento a la Verdad. Pondré estas reflexiones en los siguientes textos, porque como digo enriquecen el discurso. Muchas gracias!

        Responder
    • Muchas gracias por tu comentario, pienso que ha habido esa impresión general no solo ahora sino cuando fueron expulsados de muchos países de Europa, sin embargo veo la riqueza que dieron a la cultura europea en el medievo y otros muchos aspectos positivos, por eso intento en el artículo una comprensión de la realidad completa que facilite el diálogo con ellos.

      Responder
  • Fernando Ugalde Abaroa
    7 diciembre, 2023 20:19

    Es interesante esta exposición que hace la columnista.

    Es cierto lo que dice acerca de los indudables éxitos materiales que han obtenido en muchos campos, todos ellos de épocas recientes: por ejemplo, no hay grandes personalidades judías en la ciencia antes del siglo XX. Parece ser que en algún momento decidieron volcar sus ya entrenados y endogámicos esfuerzos intelectuales a este campo ( antes totalmente dedicados al estudio de las escrituras) , que ejercían casi en exclusiva los «goyim», desde los griegos.

    En el tema del intelecto en particular, se puede decir que es una conversión del judaísmo al helenismo, que son los verdaderos precursores y actores principales desde siempre.

    En cuanto a las finanzas, esto viene de muy antiguo y es porque ejercían casi un monopolio del oficio ( estaba prohibido para los cristianos ). La riqueza material trajo aparejada un inmenso poder.

    Y así llegamos a la situación actual: un colectivo que tiene un gigantesco poder ( los Reinos de este Mundo, podríamos decir ), pero ( a mi juicio ) muy vacío en cuanto a contenido y testimonio espiritual ( por cierto muy lejos del cristianismo ), llegando al oximorón de numerosos judíos que se declaran agnósticos o, aún, ateos. También practican el anticristianismo ( forma parte de la educación judía ): basurear o ningunear a los cristianos, luego al cristianismo y, finalmente, al Rey de los Judíos.

    En cuanto al poder político, hay pocos casos en Occidente: podríamos citar al ministro Disraeli, de la reina Victoria, y al recientemente fallecido Kissinger; caso aparte es el marxismo, pero eso es más bien una obra del demonio. Su gran tema político es el moderno Estado de Israel, en que se mezcla el tema religioso ( ministros del gabinete de Netanyahu a menudo citan profecías bíblicas ) con el secular. La gran meta es la restauración del Gran Israel de los tiempos de Salomón, pero hay una gran diferencia: entremedio ocurrió la Encarnación del Verbo de Dios ( que cambió todos los paradigmas y nos dejó al Espíritu Santo para que no lo olvidemos ) y además los palestinos ( a diferencia de los pueblos paganos que sometieron – filisteos, amorreos, jebuseos, amalecitas- durante la conquista de Canaán) creen – y con fervor- en el mismo Dios.

    Ya veremos que pasa.

    Responder
    • Muchas gracias por tu comentario que me parece de gran riqueza, Fernando!
      En la línea de lo que dices, he escrito sobre como los cristianos en Tierra Santa han sido y son los grandes perjudicados en el conflicto de este siglo y el anterior: https://elperiodicodemexico.com/nota.php?id=1031669

      En cuanto a la religiosidad, me parece muy interesante lo que dices, que espero incorporarlo a mis siguientes escritos. Por ejemplo, cuando en la reacción contra la invasión griega aparece en el pueblo judío la fe en la resurrección de nuestras vidas, y que Jesús confirma (contra los saduceos, que no incorporaron esta fe) pues antes creían solo en una especie de nirvana donde las almas estaban en el seno de Abraham pero sin la personalidad de cada uno. Sin embargo, cuando en el siglo XX Edith Stein se convierte y entra como carmelita descalza, su madre se enfada porque piensa que desperdicia esta única vida que tenemos, y esto es porque en el siglo XX ya no creen muchos judíos en la resurrección, han perdido la fe en ella; como en el sionismo se toma el aspecto político y no el religioso de esa unidad (pack) que hay entre las promesas del pueblo elegido con los dos aspectos político y religioso.

      La contribución y éxito de individuos judíos en diversos campos ha sido significativa no sólo en tiempos recientes, sino que pienso que ha sido a lo largo de la historia, y no se limita a épocas recientes. Ratzinger subraya ese papel de pueblo en cierto modo «elegido» en la historia. La historia judía está marcada por períodos de prosperidad y logros, así como por períodos de persecución y dificultades:
      – Edad Media: los judíos hicieron importantes contribuciones en áreas como la filosofía, la medicina y la traducción de textos clásicos. Figuras como Maimónides (Rambam) destacaron en la filosofía y la medicina.
      -Renacimiento y Edad Moderna: continuaron contribuyendo en diversas áreas. Por ejemplo, Baruch Spinoza fue un destacado filósofo del siglo XVII. Durante el Iluminismo, hubo un énfasis en la educación entre las comunidades judías europeas.
      -Siglo XIX y principios del XX: los judíos hicieron contribuciones significativas en campos como la ciencia, la literatura, la política y la economía. Marie Curie, de ascendencia judía, fue pionera en la investigación científica. También se destacaron figuras como Sigmund Freud en psicología y Albert Einstein en física.
      -Época contemporánea: después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, hubo una significativa diáspora judía, especialmente hacia Estados Unidos e Israel. En estas regiones, los judíos han desempeñado roles destacados en la ciencia, la tecnología, los negocios, las artes, la política y otros campos. Por ejemplo, en la tecnología, nombres como Mark Zuckerberg (fundador de Facebook) y Sergey Brin (cofundador de Google) son ejemplos notables.

      Pero los éxitos materiales o logros individuales de personas judías no deben atribuirse a toda la comunidad judía, sino a esa tendencia que mencionas a promover esa cultura y poder económico y cultural. Y eso en medio de dificultades…

      Totalmente de acuerdo con lo que dices, he tratado de la falta de aveniencia entre judíos y palestinos en https://elperiodicodemexico.com/nota.php?id=1031174 y muchos otros sitios.

      Comparto tu opinión de que el pueblo de Israel busca al Mesías, y tienen que abrir los ojos a que ya llegó hace 2000 años, y «solo» tienen que reconocerlo. Y también pienso de que un pueblo con convicciones religiosas es el que da contenido a su cultura, que si no se vuelve tambaleante como el gigante del sueño de Daniel.

      Muchas gracias!

      Responder

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